Lo que está claro es que es indispensable para cualquier edad. En niños para el fortalecimiento de los huesos y poder crecer y desarrollarse óptimamente, en adolescentes y en personas mayores para fortalecer los huesos y prevenirles de diferentes posibles enfermedades. Y es indispensable en los grupos más vulnerables, como es el caso de las mujeres embarazadas.
El calcio se encuentra, principalmente, en alimentos lácteos y sus derivados. Es decir, en la leche, yogures, quesos… pero no son los únicos, pues hay otros alimentos que también podemos incorporar en la dieta y que son ricos en calcio.
Por ejemplo los pescado. Sobre todo en pescados azules la aportación de calcio es grande. Podemos encontrarlo en la caballa, las sardinas o el salmón, que además cuentan con muchas vitaminas y minerales. Podemos tomar pescado de entre 3 y 4 veces a la semana, así que vale la pena aprovechar los diferentes tipos de los que disponemos.
¿Dónde más encontramos calcio? También en determinadas legumbres, como pueden ser las lentejas, la soja o los garbanzos. En los frutos secos, que además protegen el corazón, en vegetales, tipo espinacas, rúcula o acelgas, brócoli y coliflor.
Las frutas son buenas durante todo el año. Tienen una gran cantidad de vitamina A y C. En este caso, hay calcio en las naranjas o las mandarinas, dos frutas de invierno que vale la pena probar.
El calcio, unido a la vitamina D, juega un papel importante para el organismo, puesto que la vitamina hace que el calcio se absorba de forma adecuada. Ante una dieta vegana, es decir, mediante el consumo de alimentos procedentes de origen no animal, es posible tomar buenas cantidades de calcio sólo de origen vegetal, pero para saber bien lo que debemos comer es indispensable contar con la ayuda de profesionales como médicos y nutricionistas que nos guiarán.