Ya os dijimos en una entrada anterior, en concreto la dedicada a la acidez estomacal, que otro día hablaríamos del ejercicio físico como uno de los requisitos imprescindibles, junto a una alimentación adecuada, para llevar una vida sana y equilibrada. Porque seguro que todos queréis seguir dando guerra unos cuantos años más.
No os vamos a pedir que corráis una maratón. Tampoco que aspiréis a ser olímpicos. Simplemente buscamos que incluyáis en vuestras rutinas una actividad semanal, mejor diaria, que os permita sanear cuerpo y mente.
El corazón es un músculo sano, pero necesita acción. Lo cantaban Los Rodríguez y lo asumimos sin discusión. Dadle un poco de marcha paseando una hora al día. Reservad los fines de semana para una caminata más prolongada, a ser posible en contacto con la naturaleza. Sirve para desconectar en todos los sentidos, recargar baterías, absorber energía y coger nuevos impulsos para afrontar lo que esté por venir.
Nuestra salud cardiovascular es una prioridad. El sedentarismo favorece el sobrepeso y la obesidad y con estos malos compañeros de viaje llegan los problemas. El ejercicio periódico es el mejor antídoto, no lo dudéis. Hacedlo con regularidad, sin excesos. Y recordad que no todos los deportes son aeróbicos. Levantar pesas aumentará vuestra masa muscular, pero no mejorará tanto vuestra salud cardiovascular como andar, correr, nadar o montar en bici.
Así que aplicaos el cuento ahora que acabamos de estrenar 2018. Si hacéis ejercicio con regularidad tendréis menos posibilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Mantendréis también vuestro peso ideal al tiempo que disminuiréis la grasa corporal y bajaréis los triglicéridos y el colesterol “malo”. También os permitirá incrementar la capacidad pulmonar y combatir el riesgo de osteoporosis (pérdida de calcio de los huesos) y la artritis. Para esto último, mucho mejor visitar la pisci o salir en bicicleta, ya que las articulaciones sufren menos que si corréis.
El cuerpo humano es una máquina generadora de energía. Dice el tercer principio de la termodinámica que esa energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Si no somos capaces de consumirla, acabará por deteriorar nuestros órganos principales. Con esto llegamos a la conclusión de que cuanta más energía consumáis, más alargaréis vuestra vida porque estaréis protegiendo vuestro organismo.
No hay excusa. A mover el esqueleto en este año nuevo para el que os deseamos mucha salud cardiovascular.
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La Botica de Guardia