Hay tres hábitos saludables que podemos cuidar en nuestro día a día para tener una vida más sana y equilibrada, y poderla.
Estos tres hábitos son:
1.- Alimentación:
Una alimentación sana contribuye a mantener la salud y el bienestar de una persona y, además, comer también puede suponer una experiencia placentera que repercute positivamente sobre el bienestar psicológico y mental.
Lo ideal es llevar una dieta equilibrada que nos aporte todos los nutrientes necesarios sin que redunde en un sobrepeso.
Todo es importante en nuestra dieta diaria: proteínas, hidratos de carbono, grasas. La clave está en combinarlos en las proporciones adecuadas de forma que nos aporten la energía necesaria para llevar a cabo todas nuestras tareas diarias pero sin aportarnos excesos de grasa.
2.- Ejercicio físico:
Incorporar el ejercicio físico a la vida diaria produce beneficios tanto físicos como emocionales, ya que conlleva un gasto de calorías que nos permite conseguir equilibrio en el peso corporal y además favorece otros procesos como mejorar la respiración y el flujo sanguíneo.
Para ser capaz de mantener una rutina diaria es importante que encuentres un ejercicio físico que te guste y te motive, de otra forma sería una ardua obligación de la que te cansarías pronto y se trata de que lo disfrutes al tiempo que te beneficies de él.
Andar una hora diaria o apuntarte a alguna disciplina que te guste, son dos de las opciones más viables.
3.- Relajación:
Es importante que dediques unos minutos al día a liberarte de las tensiones a las que te somete el ritmo diario.
Las malas posturas, las prisas, el estrés puede provocarnos un estado de tensión continuo que nos lleve, incluso, a no poder descansar del necesario descanso.
Una buena manera de relajarte es tumbarte en el suelo o en la cama e ir visualizando cada parte de tu cuerpo notando como se va relajando poco a poco hasta que todo el cuerpo se encuentre en un estado de relajación total.
Verás como de esta forma disfrutarás de lo que te resta de día.
¡Disfruta de una vida saludable!