Una copa al día si eres mujer, o dos si eres hombre.
A continuación 10 cualidades beneficiosas para la salud, comprobadas científicamente.
Contribuye a reducir la obesidad y el sobrepeso: a pesar de contener 7 calorías por gramo, en dosis moderadas activa al gen SIRT1, este gen produce:
– Efectos similares a la restricción calórica (dieta baja en calorías) [1].
– Es capaz de regular el metabolismo energético: el metabolismo de la glucosa, los ácidos grasos y el colesterol, siendo una prometedora estrategia para la prevención y el tratamiento del síndrome metabólico y la diabetes tipo 2 [2-3].
– En células beta del páncreas permite una mejor expresión y respuesta de la insulina ante subidas del nivel de azúcar en sangre [4].
Ayuda a ralentizar el proceso de envejecimiento, y por lo tanto prolongar la vida. Proporciona una mayor vitalidad y un incremento significativo de la actividad corporal [1].
Combate las bacteria bucales: esta bebida es capaz de evitar el crecimiento bucal de los estreptococos, bacterias vinculadas a las caries, la gingivitis y dolores de garganta [5].
Mejora la función cognitiva y ayuda a prevenir la demencia: sus antioxidantes reducen la inflamación, inhiben la coagulación, lo que mejoraría el riego sanguíneo. Además de mejorar el metabolismo energético en el cerebro, protege las neuronas del estrés y combate enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la edad, como el mal de Parkinson y el mal de Alzheimer [6].
Produce placer: Al degustarlo con moderación se liberan endorfinas que son neurotransmisores que producen un efecto analgésico y sensación de bienestar, según un estudio realizado en la Universidad de California, EE.UU [7].
Mimetiza el ejercicio físico: Una investigación publicada en The FASEB Journal, sugiere que el resveratrol disminuye las consecuencias negativas de llevar una vida sedentaria [8].
Eficaz ‘limpiador de paladar: ayuda apercibir mejor los sabores que cuando comemos con agua. Esto debido a sus propiedades astringentes, que evitan la excesiva sensación grasa causada por alimentos como carnes rojas y permiten degustar mejor.
Previene las complicaciones cardiovasculares: El resveratrol y sustancias similares protegen el corazón y los vasos sanguíneos. Favorecen la vasodilatación, protegen la vasculatura y evitan la agregación plaquetaria, previniendo así la ateroesclerosis (enfermedad que se caracteriza por el depósito de sustancias grasas en el interior de las arterias) [9].
Promueve hábitos saludables: Los aficionados a la degustación del vino suelen comprar alimentos más sanos y tener una dieta más equilibrada que los ‘cerveceros’, concluyó estudio en el British Medical Journal. Los enófilos consumen más aceitunas, frutas, verduras, quesos bajos en grasa, leche y carnes saludables [10].
Reduce riesgo de padecer cáncer: El vino tinto ayuda a reducir el riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer, ya que SIRT1 inhibe la beta-catenina, que es un factor de transcripción asociado a muchos tipos de cáncer, incluyendo el carcinoma hepatocelular, carcinoma colorrectal, cáncer de pulmón, los tumores malignos de mama, de ovario y cáncer de endometrio [11-13]. ×Vuelvo a enfatizar en el punto más importante de esté artículo: solamente el consumo moderado de vino, una copa al día si eres mujer, o dos si eres hombre es capaz de generar estos increíbles beneficios para la salud. Una ingesta excesiva resulta muy perjudicial para el organismo.
Por último una pregunta casi segura… ¿Cuál es mejor, el vino blanco o el vino tinto?
Es muchísimo mejor el vino tinto, ya que tiene 10 veces más de polifenoles que el vino blanco, particularmente en quercitinas y resveratrol, sustancias responsables de los beneficios mencionados anteriormente.
Referencias bibliográficas empleadas en este artículo:
[1] Howitz, K. T. et al. Nature 425, 191?196 (2003).
[2] Pinho, A.V. et al. PLoS One 5;10(6):e0128012 (2015).
[3] Mayoral R. Mol Metab. 2015 Mar 5;4(5):378-91 (2015).
[4] Penke, M. et al. Mol Cell Endocrinol 29;412:65-72 (2015).
[5] Muñoz-González, I. et al J Agric Food Chem 21;62(20):4731-7 (2014).
[6] Basli, A. et al. Oxid Med Cell Longev 2012:805762 (2012).
[7] Mitchell, J.M. et al. Sci Transl Med. 11;4(116):116ra6 (2012).
[8] Momken, I. FASEB J. 25(10):3646-60 (2011).
[9] Wu, J.M., Hsieh, T.C., Wang, Z. Am J Cardiovasc Dis 1(1):38-47 (2011).
[10] Johansen, D. et al. BMJ. 4;332(7540):519-22 (2006).
[11] Yang, X., Li, X., Ren, J. Anticancer Agents Med Chem 14(6):806-25 (2014).
[12] Kraus, C. et al. Genomics 23 (1): 272–4 (1994).
[13] Morin, P.J. BioEssays 21 (12): 1021–30 (1999).
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