Quizás después de tanta investigación y tanto aprendizaje en este mundillo, me he dado cuenta que las preocupaciones de poco sirven, salvo para tensionarnos innecesariamente cada vez más en nuestro día a día.
¿Qué son las preocupaciones?
Si desgranamos la palabra “preocupaciones” ella misma nos lo dice todo: Pre + ocupaciones. Es decir, todo lo que antecede a estar ocupado. Son aquellos pensamientos negativos que aparecen cuando permitimos que nuestra mente divague por donde ella quiere sin control y permitiendo que los pensamientos de futuro negativos se adueñen de nuestra vida.
Las preocupaciones tienen muchos ingredientes: la intranquilidad, la ansiedad, el nerviosismo, o la inquietud, y otros muchos elementos como el malestar, el recelo, la angustia, etc. Hay casos que la preocupación funciona casi como una adicción.
La preocupación proyecta, con frecuencia, una enorme sombra de algo muy pequeño. Proverbio chino. - ¡Compártelo!
Tipos de preocupaciones
Básicamente existen dos tipos de preocupaciones:
Tipo 1: Preocupaciones por un hecho concreto que se producirá en breve
Este tipo de preocupación es coherente y útil tenerlo, pero deja de serlo cuando a pesar de encontrarnos ante una situación actual, tememos y anticipamos desenlaces y consecuencias futuras. es decir cuando “adivinamos” el futuro.
Tipo 2: Preocupación por un problema que aún no existe
Lo que nos preocupa es no poder asumir y hacer frente a esas situaciones que en nuestra imaginación damos por hecho que sucederán a pesar de no tener indicios claros y objetivos en los que basarnos.
Ten en cuenta que la preocupación es completamente innecesaria y podemos decir que es un error que nos desgasta interiormente en los siguientes casos:
Cuando la situación no tiene solución
Si la resolución no está en nuestras manos
Cuando no tenemos la certeza absoluta de que realmente vaya a ocurrir.
Me encantaría que vieses este cortito video con una gran metáfora acerca de la preocupación :
El peso de las preocupaciones.
Una psicóloga en una sesión de grupo y ante un nutrido auditorio levantó un vaso de agua. Todo el mundo esperaba la siguiente pregunta: ¿Está medio lleno o medio vacío?
Sin embargo, y ante la sorpresa de todos, preguntó: ¿Cuánto pesa este vaso?
Las respuestas no se hicieron esperar y variaron entre 200 y 250 gramos.
Después de un prolongado silencio la psicóloga respondió: El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo 1 minuto, no es problema, si lo sostengo 1 hora, me dolerá el brazo. Si lo sostengo 1 día, mi brazo se entumecerá y paralizará. El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, más difícil de soportar se vuelve.
Las preocupaciones son como un vaso de agua. Si piensas en ellos un rato, no pasa nada. Si piensas un poco más, empiezan a doler y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada.
Soltar ese vaso cuanto antes supone apartar de nuestra vida preocupaciones, estrés y tensiones innecesarias que podemos ahorrarnos en nuestra ya de por si complicada vida ¿no crees?
Preocuparse por lo que todavía no ha ocurrido es el peor uso que podemos hacer del maravilloso don de la imaginación - ¡Compártelo!
Para finalizar permíteme algunos consejos:
Cómo eliminar preocupaciones de nuestra vida.
1. Todo depende de tu actitud para apartar preocupaciones de tu cabeza.
Cuando tengas algún contratiempo hazte la siguientes preguntas:
¿Cómo quiero afrontar esto? Pudiendo elegir, ¿no es mejor tomar una posición positiva? ¿Qué puedo hacer para superar este obstáculo que se me plantea? No vas a ganar nada preocupándote que no puedas lograr ocupándote: es muy importante diferenciar entre problemas imaginarios y reales. No adelantemos acontecimientos que no sabemos si ocurrirán en algún momento o nunca lo harán. Vivamos el presente. Pero hagámoslo de verdad.
Si quieres vivir el presente, es decir estar aquí y ahora te recomiendo la lectura de guía de atención plena y mindfulness y nuestro manual de meditación para principiantes. La lectura de estos artículos quizás te ayuden a disfrutar más de cada instante.
Cuando percibas que estás llenando tu mente de preocupaciones visualiza que estás dejando el pesado vaso de tus preocupaciones en una mesa. Inmediatamente tu mente vinculará la imagen de esta acción con la finalización del preocupante pensamiento y te resultará más fácil acabar con la preocupación.
Si tiene solución ¿para qué te preocupas? Y si no la tiene ¿para qué te preocupas? - ¡Compártelo! 2. Transforma tus pensamientos negativos en positivos para controlar las preocupaciones.
Hacerlo es posible, aunque Aunque te parezca complicado, es posible. Necesitarás constancia y mucha, muchísima práctica… El Universo está en permanente cambio y nosotros no somos menos… ¡Cambia tu pensamiento!
Sustituye tus pensamientos negativos por otros más sensatos y que jueguen en tu cabeza a tu favor. Repítelos como si de un mantra se tratase, una y otra vez, cuantas veces haga falta. Una vez hecho, ¡intégralos en tu vida! Recuerda que Una dificultad es una oportunidad para superarte a ti mismo. ¡Acuérdate de soltar el vaso de las preocupaciones!
Tanto el estrés como la preocupación campan a sus anchas en nuestra mente, cuando les abrimos las puertas ellos están en su salsa. Si queremos apartar el estrés y las preocupaciones de nuestra vida, debemos vivir con plenitud el presente, preguntándonos en todo momento si lo que estamos pensando en cada momento nos acerca a nuestra paz interior o nos aleja de ella.
El abandono emocional eleva el peso del vaso hasta límites insospechados. Tenemos que crear hábitos emocionales saludables para que nuestra mente funcione trabajando para nosotros, y no al contrario. Tenemos que controlar las preocupaciones.
Quizás te interese la lectura de nuestra guía definitiva para crear hábitos
Una dificultad es una oportunidad para superarte a ti mismo. - ¡Compártelo!
3. ¿Cómo afrontar las preocupaciones?¿Cómo dejar de preocuparse por todo?
El primer paso que debemos dar para vencer el hábito de preocuparse de forma innecesaria es el del reconocimiento del problema. Tenemos que reconocer que nos preocupamos mucho. Y debemos hacerlo desde dentro y con convencimiento.
El segundo paso que debemos dar es el de la aceptación. El preocuparme continuamente no es la mejor forma de vivir felices.
Podemos iniciar un proceso de preguntas del tipo:
¿En qué te beneficia preocuparte?
¿Te hace sentir mejor?
¿Cuál es el precio que pagas por preocuparte de más? ¿Es alto? ¿ Tu preocupación constante crea una buena opinión de ti ante los demás?
Si quieres un gran recurso para seguir indagando en ti mismo, te propongo la lectura de: 101 preguntas para cambiar tu vida hoy mismo
Si te has realizado las preguntas, habrás llegado a conclusiones para ti, y entre ellas debe estar una:
4. Eres capaz de resolver los problemas que se presenten en el futuro
Debemos instalar dentro de nosotros la creencia de que seremos capaces de superar los obstáculos que nos presenta la vida, y de esa forma no caer en los pozos del miedo. Para lograrlo te propongo que te visualices como una persona mucho más grande que el miedo. Para ello dale forma, olor, color, a tu miedo y visualmente hazlo poco a poco cada vez más pequeño.
Trabaja tu confianza en ti mismo y tu realidad cambiará.
5. Enfócate en todo lo bueno que tienes alrededor.
Hay que ver el área de la realidad positiva que hemos generado en nuestra mente para ayudar a esa reducción a mínimos de esa otra zona que nos genera preocupaciones. Veamos el vaso medio lleno y no el medio vacío. Y agradezcamos todo lo que tenemos.
Espero que te hayan ayudado estas breves ideas para olvidar las preocupaciones. Esa era mi intención.
Pd.- Quiero agradecer a nuestro amigo Ignacio López Carrillo que me remitiese el cuento del vaso de las preocupaciones ¡Muchas gracias de corazón!
Te deseo un feliz día.