Lo que ocurre con esto, es que se obtienen resultados rápidos, de manera que la dieta se mantiene porque refuerza los sentimientos de control y de éxito ante la pérdida de peso, por tanto ya se ha entrado en el peligroso círculo vicioso que puede ir gestando y manteniendo un trastorno de alimentación.
Características del trastorno de alimentación
Una autoevaluación negativa, la baja autoestima, una tendencia al perfeccionismo y a compararse con los demás, dificultades o déficit de habilidades sociales, etc., son algunas de las características psicológicas que puede presentar una persona con trastorno de alimentación, características que hacen a la persona más vulnerable y con más probabilidad de que en esta época del año este tipo de trastornos queden más visibles o se acentúen. Además es difícil que se reconozca el problema porque se tiende a justificar con la idea errónea de que “todo el mundo en verano hace dieta, se preocupa del peso, etc.”
Para quien ya padece el problema es complicado manejarse con los síntomas en verano, precisamente porque es la época del año donde más nos centramos en el cuerpo. Si no se está conforme con aquellas partes del cuerpo que quedan más expuestas en verano se puede sentir una elevada ansiedad que puede llevar a la persona incluso a aislarse y evitar el contacto social.
Para solucionar un problema así se requiere la intervención profesional de psicólogos expertos, reeducar con respecto a los cánones de belleza y éxito a nivel social, trabajar el hábito alimentario dotando de pautas correctas en cuanto a la ingesta de alimentos y abordar las creencias e ideas disfuncionales que mantienen el problema.
Autora Marta Bermejo (Psicóloga Especialista de Psicomaster)
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