Muchas personas, nada más acabar su jornada laboral, la cual ha consistido en pasar 8 horas sentado delante de la pantalla de un ordenador realizando labores d e oficina, sienten fuertes dolores en la zona del cuello, de las lumbares y de la espalda en general. Esto se debe, fundamentalmente, a que el ser humano es un organismo diseñado para mantener un alto volumen de actividad física y no para permanecer inmóvil en una silla.
Sin duda, este es uno de los motivos por lo que también recurren a contratar un seguro médico sin copago en Segurode. No hay que olvidar que una rutina sedentaria puede llegar a provocar ciática, hernias discales, jaquecas e, incluso, síndrome del túnel carpiano. Por ello, necesitan disponer de una cobertura sanitaria adicional que les garantice recibir la atención médica que necesitan sin demoras.
La importancia de contar con una buena silla ergonómica
Los expertos afirman que disponer de una buena silla ergonómica, es decir, con formas que se ajusten a la anatomía del sujeto y favorezcan la correcta higiene postural, es tan importante como contar con un buen colchón. Al fin y al cabo, aquellos que realizan labores de oficina van a pasar tanto o más tiempo en ella que durmiendo en su cama.
Las sillas ergonómicas tienen el propósito de prevenir la aparición de enfermedades y deformaciones estructurales, sobre todo en la columna vertebral, directamente relacionadas con el sedentarismo. Esto es posible gracias a que favorecen la libertad de movimientos a partir de una posición que favorece la circulación sanguínea y la contracción y la extensión muscular.
Los problemas de espalda relacionados con pasar demasiadas horas en una silla inadecuada suponen la segunda causa de visitas al médico y la tercera en conllevar la práctica de una cirugía. Aproximadamente, el 80 % de los trabajadores de oficina experimentan, a partir de los 50 años, complicaciones en la columna que no tienen solución.
El incremento de las alergias en la sociedad actual
Sin embargo, hay otro problema muy común en la sociedad moderna más allá del ocasionado por los hábitos de vida sedentaria que llevamos. Y es que, según recientes estudios, el consumo de medicamentos antihistaminicos se ha disparado durante los últimos años. En concreto, se trata de fármacos cuyo objetivo es bloquear los receptores de histamina, una molécula que interviene en todas y cada una de las reacciones alérgicas que experimentan los seres humanos.
Por lo general, estas alergias suelen manifestarse en forma de dermatitis o de rinitis y, en la mayoría de los casos, están relacionadas con el incremento en los niveles de contaminación de las grandes ciudades. Cada vez es más frecuente encontrar a personas por la calle que, en cuanto empieza a llegar la primavera, necesitan usar mascarillas para evitar que los síntomas afecten a su vida diaria.
El consumo de antihistaminicos es totalmente seguro para el ser humano. De hecho, se trata de unos fármacos ampliamente testados. Sin embargo, hay que tener en cuenta que generan una serie de efectos secundarios. El más habitual, sin duda, es el de la somnolencia. Este es el motivo por el que no se recomienda su consumo para aquellos que trabajan conduciendo o manejando maquinaria pesada. En cualquier caso, es inocuo para la inmensa mayoría de personas.
Los inconvenientes del estilo de vida moderno
En definitiva, el progreso de la sociedad actual ha conllevado a vivir en entornos en los que las alergias son más frecuentes y a desempeñar labores que requieren que pasemos muchas horas sentados. Por esta razón, resulta indispensable disponer de sillas que protejan nuestros huesos y de fármacos que impidan sufrir reacciones alérgicas. Solo así es posible disfrutar de una vida saludable y completamente normal tanto en el presente como en el futuro.