Esto que es fácil de explicar, a veces no es tan sencillo de ejemplificar. Pero todos y todas hemos vivido alguna situación, que sin saberlo, nos estaba ejemplificando cual es la diferencia fundamental entre tener una vida de reacción y una vida de respuesta; y por qué un modo es mejor que el otro para nuestra salud emocional e incluso física.
Pongamos en situación. Concurrida calle de cualquiera de las ciudades o pueblos en los que habitamos. Tráfico denso y primera hora de la mañana. Coche conducido por un padre que lleva a los niños al colegio, el semáforo se pone en verde, pero el coche que está justamente delante no arranca y no pasan ni unos segundos hasta que suena, con fuerza, el claxon y algún gesto con las manos en modo desesperación, algún cruce de palabras mayores, llegan los insultos y ambos conductores se bajan del coche?Lo que pasa a continuación tendría diversos grados de gravedad, pero no es impensable que, en algún momento, el asunto acabe en comisaria o en algún sitio peor.
Ninguno de los dos conductores habrá sopesado las consecuencias negativas que su irresponsable actos puede tener. Quien lleva a los niños al colegio, incluso ha podido ya marcar a sus hijos con alguna imagen difícil de borrar de por vida. ¿Reaccionas o respondes?.
Es la diferencia entre ir por la vida respondiendo o reaccionando. En la situación que describía lo que se produce por las dos partes es una reacción, mientras que si, en ese instante, valoras y eres consciente del momento en el que te hayas, viajas sin el piloto automático mental puesto y eres consciente del Aquí y del ahora, tendrías una respuesta. Arrancar el de delante y no pitar acaloradamente el de detrás.
Puedes tomar este sencillo ejemplo como una imagen de lo que, por desgracia, ocurre habitualmente en nuestra vida y es que andar por ella con el piloto automático puesto, siempre esperando ese futuro que no termina de llegar y amargados muchas veces por problemas que nuestra mente crea, no es la mejor forma de caminar por ella.
Mindfulness o la práctica de la Atención Plena, es una poderosa herramienta que todos llevamos de serie, pero que no solemos utilizar, que nos sitúa justo en el instante en el que habitas; en el Aquí y en el Ahora, desplegando tu mirada interior como si fuese un radar vital que hiciese un barrido a cada momento para tener conciencia pura de lo que la vida realmente es, que no es otra cosa que eso que está ocurriendo mientras andas perdido por las piedras del pasado y las nubes del futuro.
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