Hay una frase de Buda que dice:
“Somos lo que pensamos, todo lo que somos surge de nuestros pensamientos.
Con nuestros pensamientos creamos nuestro mundo.”
Exactamente no sé hasta que punto manifestamos la realidad que queremos, pero si que la materializamos dado que en cada momento de nuestra vida podemos escoger “que hacer”, “que sentir”, “que decir”, de hecho en ese momento podemos cambiar nuestra percepción de la situación.
Cuando estamos presentes, nuestra consciencia aumenta, es como si encendiéramos la luz, vemos más clara la situación, y de esta manera es más fácil escoger que decir, que sentir, hacer o pensar en un momento dado.
La consciencia nos ayuda a desconectar el piloto automático, y es aquí donde somos libres y corresponsables de decidir.
Decidir poner limites y decir que no a algo que nos roba energía.
Decidir decir lo que pienso, a pesar de sentir vergüenza o miedo a perder el amor de los demás.
Decidir sentir que en este momento tengo todo lo que necesito.
Aquello en lo que nos focalizamos se hace más grande, aquello en lo que ponemos nuestra atención toma predominancia y fuerza. Y de hecho tiene mucha lógica que si me estoy quejando todo el día, la gente me evite y también me queje de eso. O cuando voy a comprar un coche determinado, es normal que lo veamos a menudo. Aquello en lo que nos focalizamos se nos aparece con mayor claridad y forma.
Hay cosas en la Vida que no podemos controlar porque la Vida es incierta y eso es parte de la gracia de la vida. Lo que si podemos es ir tejiendo nuestro presente con las decisiones que tomamos o como dice Buda: hacer nuestro mundo con nuestros pensamientos.