Y por fin se acabaron las horribles semanas finales propias de cada cuatrimestre (hay personitas a las que aún les queda), así que ahora tengo tiempo para dedicarme a lo que me apetezca, como el blog.
Antes que nada, decir que no me esperaba ésta acogida… Estoy muy contenta, es emocionante ver que hay muchas personas que comparten tus mismos propósitos, te apoyan y te motivan constantemente para no decaer. Estoy segura que con éste apoyo cualquier cosa es posible :)
Hoy me voy a extender, quiero contaros mis inicios (aunque aún me considero en etapa de iniciación, sin duda). Siempre fui aquel tipo de persona a la que las clases de Educación física del instituto le gustaban bien poco, no entendía por qué motivo nos hacían estar 30 minutos corriendo dando vueltas al patio o el dichoso Test de Cooper, para mi solo suponía pasar vergüenza, un mal rato.
Muchos fueron mis intentos desde entonces, pero no era capaz de correr ni 5′ sin parar y sin que sintiera que podía expulsar los pulmones y el corazón por la boca tranquilamente. A esto podemos sumarle los intentos de pagar y pagar gimnasios para nada, pero para saber dónde empezó todo de un modo más serio podemos remontarnos perfectamente a Enero de 2014, pasadas las Navidades y mi cumpleaños tomé una decisión ya no solo porque de verdad me apetecía intentar cogerle algo de aprecio al deporte si no al ver el peso al que había llegado (concretamente 83kg y mido 1’63cm aproximadamente). No podía seguir así.
Decidí por lo tanto correr, o seguir intentándolo… (He de decir que tras tantos intentos fallidos durante meses a lo tonto conseguí base, una base de ser capaz de aguantar 10-15′ xD). Mi intención era rebajar ese peso y mejorar en el running intentando llegar a correr 30′ en 8 semanas; busqué miles de entrenamientos por internet, hasta que encontré un modelo que me gustaba y lo adapté a mi.
Me lo tomé en serio y avancé muy rápido, en la mitad de tiempo que me había establecido ya logré correr los 30 minutos y para colmo perdí 5kg ese mes. A continuación me apunté al gimnasio 6 meses, tiempo en el que muy despacio baje otros 5kg, llegando a pesar 73kg en verano. Y hasta aquí la historia del progreso.
Desde entonces he seguido corriendo pero sin vigilar la comida con lo cual mi peso se ha estancado pero el correr también: corro unos 30-40 minutos, tiempo en el que hago 4-5km y eso si alguien me acompaña, si no mis pensamientos de “va, para, volvamos a casa” son los que ganan. He llegado a un punto en el que a pesar de poder correr ese tiempo los paso mal, mis pulsaciones van disparadas y la sensación de presión en el pecho es extraña y esto no es lo que yo buscaba. Todo esto se suponía que iba a mejorar mi salud y sin embargo me doy cuenta de que no, de que corro minutos sí, pero sin prestar atención a la frecuencia cardíaca correcta pensaba “ya se pondrá en su sitio cuanto más corra”.
Así que aquí estoy, volviendo a poner metas pero ésta vez espero que tengan un mejor efecto para la salud y no solo enfocarme en el peso, siendo sincera ya no es lo que me preocupa, estoy bien conmigo misma y ahora mis objetivos son otros: Estar saludable gracias al deporte.
Para empezar con esto hay que cambiar los hábitos alimenticios, en segundo lugar seguiré corriendo pero teniendo cuidado con las pulsaciones y si no, pues a caminar, no hay más. Quiero que correr acabe por gustarme más y seguir mejorando así que haré lo que sea necesario, me gustaría poder llegar a correr 10km y de paso seguir bajando kilitos.
Os iré contando y extendiendo ya que con este “resumen” por hoy ya os he dado la chapa. ¿Y vosotr@s, qué objetivos “fit” tenéis para éste año?