¡Hola a todos!
Hace un montón de tiempo os hablé en una entrada sobre el IMC (si queréis recordarlo, podéis verlo aquí). En aquella ocasión os mostré el Índice de Masa Corporal como una primera aproximación para saber si estamos en un peso adecuado o no, pero también os comenté que hay métodos mucho más efectivos para saber si debemos adelgazar, engordar… Una de las mejores formas de saberlo es mediante el porcentaje de grasa corporal, y de eso vamos a hablar hoy.
Cuando hablábamos del IMC, decíamos que solo se tenía en cuenta el peso y la estatura para determinar si estamos en un peso adecuado o no. Pero no tiene en cuenta el sexo, la edad, ni si nuestro cuerpo tiene un alto porcentaje de grasa, de músculo o si estamos reteniendo líquidos.
Como seguro que ya muchos sabéis, el músculo pesa más que la grasa (es decir, un kilo de grasa ocupa más volumen que un kilo de músculo). Por esto, una persona con mucha musculatura, utilizando el IMC, posiblemente nos daría que tiene sobrepeso (su peso será mayor porque el músculo pesa más), y esto no es correcto. Por eso, vamos a ver cuales son los porcentajes de grasa adecuados para cada persona en función del sexo y la edad. Por norma general, las mujeres tenemos un porcentaje de grasa mayor que los hombres. Además, a mayor edad, mayor porcentaje de grasa.
Los valores que voy a poner aquí son los que considera adecuados la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad.
Estos porcentajes son los que se consideran adecuados, es decir, los saludables. Obviamente, estar dentro de esos rangos debe ser nuestra prioridad, ya que lo principal es tener un buen estado de salud. Sin embargo, si nos interesa, por ejemplo, marcar abdominales, con estos porcentajes probablemente no lo logremos. En estos casos los porcentajes de grasa tendrán que ser algo menores. Si os interesa verlos con detalle, os recomiendo que echéis un vistazo a la página de fitnespedia.com.
Bueno, una vez que ya sabemos cuáles son los porcentajes de grasa adecuados para mantener un buen estado de salud, en función de nuestro sexo y nuestra edad… ahora viene la gran pregunta… ¿Cómo sé qué porcentaje de grasa tengo yo? Pues la respuesta no es tan sencilla como pudiera parecer… la composición corporal de nuestro cuerpo (es decir, el porcentaje de grasa, de agua o de masa magra) no es algo fácil de medir. En muchos casos se usan estimaciones, pero es mucho más recomendable usar técnicas de medición.
Probablemente una de las mejores técnicas es la plicometría, que consiste en medir los pliegues cutáneos de diferentes puntos de nuestro cuerpo con una especie de pinzas. Esta prueba requiere de cierta práctica para realizarla correctamente, por lo que deberemos ir a un profesional para que nos la haga.
Otro método muy utilizado es la bioimpedancia, que consiste en poner nuestras manos o pies en los sensores de un aparato, de forma que éstos envían una señal eléctrica (tranquilos, no vamos a electrocutarnos, de hecho no notaremos absolutamente nada). Se mide el tiempo que tarda en llegar esa señal eléctrica de una extremidad a otra, en función de la grasa, músculos, agua, huesos y órganos que ha tenido que atravesar (la grasa no es buena conductora eléctrica, por lo que la señal pasará más lenta). Esta prueba es muy sencilla. De hecho podemos comprarnos una báscula normal y corriente, pero que tenga dos plaquitas metálicas, que son las que medirán nuestra grasa corporal. Pero este método depende de muchos factores y no es fiable. Aún así, si queremos hacernos una idea aproximada, podemos hacernos con una báscula de este tipo (o ir a un centro donde tengan algún aparatito de estos). Eso sí, siempre deberemos estar bien hidratados antes de la medición.
En definitiva, lo mejor es acudir a un profesional para que nos mida el porcentaje de grasa corporal que poseemos, pero si no podemos permitírnoslo podremos recurrir a una báscula de baño. Al final, si no vamos a dedicarnos a competir, con mirarnos al espejo nos daremos cuenta de si tenemos más grasa de la adecuada o no.
Lo que tienen que quedar claro es que el peso no es lo verdaderamente importante, sino la composición de nuestro cuerpo. Si pesamos más kilos de lo que consideramos adecuado pero tenemos bastante musculatura y poca grasa (ojo, la grasa es fundamental para la vida, así que no podemos eliminarla por completo ni mucho menos, pero sí mantener a raya el porcentaje que ocupa en nuestro cuerpo), no habrá ningún problema. Si estamos en un peso considerado adecuado pero tenemos bastante grasa, entonces sí deberemos hacer algo con nuestra alimentación y nuestra actividad física.
Y hasta aquí lo que os quería contar sobre este tema. Podríamos hablar muchísimo más sobre la composición corporal, sobre los métodos de medición y de estimación… pero creo que de momento con esto valdrá. Quizás más adelante haya una segunda parte de este tema, que da para muchiiiisimo.
Y vosotros, ¿aún os seguís fiando ciegamente del peso que marca vuestra báscula? ¿O tenéis en cuenta la grasa y la musculatura de vuestro cuerpo?
¡Hasta pronto!
La entrada Grasa corporal aparece primero en Cuída-T.