Aprender a correr de la manera correcta es fundamental para que la experiencia sea más agradable, nos sintamos más cómodos corriendo, pero sobre todo es importante para no lesionarnos.
Aunque no seamos conscientes la mayoría de las personas tenemos algún pequeño defectillo que entorpecen nuestras carreras, y en el mejor de los casos nos harán correr más lentos. Pero esos defectillos también nos pueden estar forzando posturas que acabarán en lesiones.
¿Las buenas noticias? Esos errores se pueden corregir prestando un poco de atención a la postura que llevamos al correr.
¿Cuál es la postura correcta al correr?
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La Cabeza:
No me digas que cuando corres vas mirando al suelo. Si lo haces cambia ahora mismo esa posición.
La cabeza debe ir recta y erguida, lo ideal que intentes mirar entre 5 o 10 metros por delante de ti. Si mantienes los ojos fijos en el horizonte te será más fácil permanecer derecho mientras corres.
Ahhhh, y también es muy importante no apretar la mandíbula o vas a acabar provocándote tensiones musculares. Para no apretar la mandíbula puedes intentar colocar la lengua en el hueco que queda entre los dientes delanteros :).
Los Hombros:
No es raro que al correr levantemos los hombros y que a medida que nos vamos cansando los echemos hacia adelante, cosa que debemos evitar. La posición correcta de los hombros sería llevarlos hacia atrás y hacia abajo. Vamos, de forma que el pecho vaya erguido.
Los Brazos:
Aunque parezca que sólo corremos con las piernas, los brazos tienen un papel muy importante en tus carreras.
El error más habitual que podemos cometer es mover los brazos de forma exagerada. Seguro que alguna vez te has encontrado con algún corredor (o incluso con alguien que va andando) que parece que va a salir volando con el vaivén de brazos que lleva.
Los brazos deben mantenerse los brazos lo más pegados posibles al cuerpo. Moverlos en exceso podría provocar una excesiva torsión del tronco, lo que a su vez podría afectar a las piernas.
Así que ya lo sabes, los brazos cerquita del cuerpo, no dejes que se despeguen.
El ángulo que debemos llevar con ellos es un ángulo recto, y para que el movimiento sea perfecto imagina que tus brazos son un péndulo que sale de los hombros. Así siempre mantendrás el mismo ángulo y no los despegarás del cuerpo.
Las Manos.
¿No imaginabas que las manos importaban al correr? Pues importan y mucho :).
A veces nos empeñamos en correr con los puños cerrados. Pero eso podría acabar tensando los antebrazos y acabarás con algún tirón.
Lo mejor es ahuecar un poco las palmas de las manos pero sin llegar a cerrarlas. Y sobre todo, sin hacer fuerza.
El Core:
No te asustes, el core es una palabra que se ha puesto muy de moda, pero no es otra cosa que la parte central del cuerpo. El core es lo que nos hace mantenernos estables y tiene mucha importancia para que lleves la postura correcta al correr.
Al correr debemos llevar la espalda recta y los abdominales un poquito tensos. No se trata de ir apretando los abdominales con todas nuestras fuerzas, solo un poquito.
Los Pies:
Los pies son otra de las claves de una buena carrera y sin lesiones.
Si no quieres lesionarte tienes que aterrizar suavemente. Así que si oyes a tus pies golpear el suelo es que aterrizas muy fuerte, y ese exceso de fuerza es reabsorbido por tu cuerpo.
Para tener un aterrizaje suave intenta no saltar muy alto en cada zancada y pisa suave.
Otra cosa importante es que intentes pisar con toda la planta en lugar de aterrizar directamente sobre los talones, así también amortiguarás el impacto contra el suelo.
Un error frecuente es intentar avanzar los pies en cada zancada, pero el pie debe tocar el suelo por debajo de tu centro de gravedad. Si pisas más adelante te estarás frenando y si lo haces por detrás puedes acabar en el suelo porque te desequilibras.
Ya sé que son muchas cosas a tener en cuenta, y si intentamos corregir todos estos puntos a la vez podemos parecer unos patos. Así que si tienes varios errores que corregir, detecta el primero y ponte manos a la obra. Cuando lo hayas dominado vete a por el segundo. Aunque seguramente te sorprendas y al corregir un fallo los demás se corrigen solos
Seguro que pronto y sin darte cuenta estarás llevando la postura correcta al correr.
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