El alzhéimer también denominada demencia senil es una enfermedad que se manifiesta por una progresiva pérdida de la capacidad de la memoria y la compresión en las personas, así como de tomar decisiones e incluso percibir lo que ocurre a su alrededor.
Sintomatología de una persona con Alzhéimer
Las personas con Alzhéimer empiezan a olvidar acontecimientos antiguos y caras conocidas. Empiezan a ser incapaces de aprender cosas nuevas, y después a leer, escribir o dibujar. El enfermo por Alzhéimer sufre problemas con el vocabulario o con la composición de las frases, también tiene la dificultad de no ser capaz de terminarla.
El comportamiento de la persona afectada por Alzhéimer puede sufrir cambios de personalidad. Por ejemplo, personas extrovertidas se vuelven retraídas o personas más reservadas comienzan a tener un comportamiento más desinhibido.
En ocasiones pueden tener episodios de agresividad hacia amigos o familiares, así como síntomas neuropsiquiátricos del tipo e la psicosis o la ansiedad.
Los problemas visuales y el reconocimiento de los objetos que la persona ve pueden ser habituales. El paciente por Alzhéimer sufre un cambio en su percepción, originando que deje de reconocer algunos objetos o el significado de algunos gestos habituales. Además pueden aparecer dificultades para distinguir los colores, percibir las distancias y otras afectaciones visuales.
Por otra parte está el insomnio que, aunque no lo padecen únicamente los enfermos de Alzhéimer, es habitual que se dé en las personas que sufren esta enfermedad. Puede ser en forma de incapacidad para quedarse dormido o teniendo el sueño discontinúo y de baja calidad.
Formas de ayudar a cuidar a una persona que sufre de Alzhéimer
Aportar impresión de control al paciente; A pesar de la pérdida de facultades de la persona, el cuidador puede aportar una importante ayuda al estar motivando a la persona en su involucración en la toma de decisiones, de esta manera devolverá la sensación de control.
Un ejemplo es la realización conjunta de tareas domésticas o actividades similares (5 técnicas de estimulación para enfermos de Alzheimer). El cuidador estaría pendiente de plantear a la persona los problemas cotidianos, con intención de incentivar su capacidad de gestionar situaciones. Deberá tener en cuenta, al mismo tiempo, la progresividad en su deterioro cognitivo.
El establecimiento de rutina; El establecimiento de una rutina es un medio de apoyo para estabilizar los estados de ánimo y emocionales, así como las pautas de comportamiento. Se deben regular los tiempos de levantarse, vestirse, desayunar, etc… ya que esto permite a la persona sentirse más segura.
La conservación de los relojes biológicos propios puede ser una importante ayuda para evitar que la persona se sienta violentada por los acontecimientos externos. Esto se debe a que, a pesar de que la memoria se va deteriorando, la repetición de actividades favorece la conservación de un ritmo interno. Ocurre que cuando estas personas están en un lugar de vacaciones o realizan alguna actividad que no forma parte de su rutina habitual, aumentan sus estados de ansiedad, incluso padeciendo mayores problemas de olvido.
Mantener los hábitos de salud positivos
Para terminar, el cuidador de una persona con Alzhéimer puede ser fundamental para garantizar unos hábitos saludables.
Estos hábitos favorecerán la salud mental y física de la persona. Para ello vigilará que ésta mantenga una buena alimentación, variada y equilibrada, realice algún deporte o ejercicio físico y administrará los medicamentos que el paciente tenga prescritos por su médico.
En relación con el núcleo familiar, por último, es importante tener en cuenta que éste también debe involucrarse en el cuidado de la persona con Alzhéimer. Así se evita que el peso de esta tarea recaiga en una única persona, cuidador o familiar. No se debe olvidar el propio cuidado para así ser capaz de llevar a cabo un mejor cuidado de la persona a la que asistimos.