Más allá del aspecto médico de la enfermedad, el ámbito emocional es igualmente importante. Y las personas que han vivido la enfermedad de cerca, sin tener esos conocimientos médicos, tienen sabiduría para hablar sobre la experiencia de cuidar a un ser querido que pierde la memoria. ¿Qué ocurre con el alzhéimer?
1. Inicio de un duelo
Cuando una persona muere, se produce el duelo de la pérdida de esa persona, el vacío de esa ausencia que duele. Sin embargo, cuando una persona sufre un diagnóstico de alzhéimer, la familia comienza a vivir un duelo. El duelo de estar cerca de esa persona pero sabiendo que en cierto modo no es la misma de siempre.
No es fácil para un hijo sentir que su madre no le reconoce, por ejemplo. Tampoco es fácil observar el proceso de deterioro. Es decir, el alzhéimer es un reto de adaptación al cambio, de incertidumbre ante el futuro, y de pérdida de recuerdos.
2. Hay momentos felices
Creo especialmente importante enfatizar este punto porque en ocasiones se describe el alzhéimer con tal nivel de dramatismo que se pierde de vista que la felicidad continúa en tales circunstancias. La felicidad evoluciona y se transforma. Sin embargo, para una persona que cuida con amor de un familiar con alzhéimer, el simple hecho de sentir que hace lo correcto, le compensa cualquier esfuerzo.
Y también hay momentos felices porque es cierto que el paciente pierde habilidades de comunicación y recuerdos, sin embargo, existe un lenguaje que va más allá de la memoria. Lo importante no es solo que esa persona no te recuerda, lo verdaderamente importante es que tú sí tienes conciencia de quién es ese alguien para ti y de todo lo que ha hecho por ti.
3. Circunstancias en torno a la enfermedad
A las dificultades propias de la enfermedad, se suman también las circunstancias. Por ejemplo, en ocasiones ocurre que una sola persona lleva el peso principal de la enfermedad al asumir las tareas del cuidado diario del paciente. Por esta razón, es importante que el entorno familiar apoye al cuidador y se implique. De este modo, también se fomenta el hábito de cuidar al cuidador ya que puede enfermar por el peso de esta sobrecarga.
4. Lecciones de la enfermedad
Esta vivencia también nos enseña grandes lecciones. Una de las más importantes es la humanidad. Es decir, es la capacidad de llegar a ser tu mejor versión para cuidar de esa persona con amabilidad, cariño y esperanza. Porque la medicina del cariño también es terapéutica para el paciente. Otra de las lecciones inevitables del alzhéimer es que te enseña a vivir el presente. Cada día es distinto al anterior, y el futuro puede producir cierto temor. Por esta razón, es importante vivir el ahora. Hay momentos duros, sin embargo, recuerda que mañana será otro día.
5. Estás creando nuevos recuerdos
La vida no se acaba con al alzhéimer. Los recuerdos del paciente son limitados. Sin embargo, ten presente que tú estás creando nuevos recuerdos en la etapa presente de esa persona. Y los recuerdos son vida.