Comer rápido es uno de los enemigos que no nos dejan mantener la línea y además es perjudicial para la salud.
Esta es la conclusión a la que llegan dos estudios científicos reciente. Uno de ellos se llevó a cabo en Corea y has sido publicado en la revista Nutrition, Metabolism and Cardiovascular Disease. En esta investigación participaron más de 8 mil personas y se pudo ver como las personas que comen más rápido presentan un mayor riesgo cardio-metabólico que los que comen más lentamente. Esto se debe a los altos niveles de glucosa y los bajos niveles de colesterol bueno en la sangre, sin una correlación directa con el índice de masa corporal.
El segundo estudio, que se realizó en Japón, y también ha sido publicado en la revista Nutrition se examinó a 170 hombres de edades comprendidas entre los 40 y los 59 años. También quedó claro que los que comían demasiado rápido presentaban mayores niveles de interleucina-1 beta, una citoquina inflamatoria. Es un estudio muy importante, ya que, como bien dice la Dra. Maria Grazia Carbonelli, directora de la Unidad de Dietética y Nutrición del Hospital San Camillo Forlanini de Roma, cabe destacar la existencia de una relación entre la velocidad en el momento de comer y la presencia de inflamación en el cuerpo, que a su vez conduce, inexorablemente, al problema de la obesidad y diversas enfermedades relacionadas con este mal tales como enfermedades cardio-vasculares o diabetes.
Hay que tener en cuenta que el tiempo entre que comemos y podemos sentirnos saciados está marcado en 20 minutos. Es decir, que tras este tiempo es cuando nuestro cerebro da la señal de saciedad. Por eso, aquellas personas que comen más rápido acostumbran a comer más cantidad que las que tardan más. Por eso siempre nos suelen recordar aquello de que “la primera digestión empieza en la boca”. Además, si comemos más rápido cuesta más hacer la digestión.
Así que lo mejor de todo es comer despacio y poner en la mesa las cantidades justas y necesarias. Saborea la comida, mastica lentamente, y haz que la comida no sea sólo una forma de saciar tu estómago sino de satisfacer tu paladar.