¡Hola a todos!
Hoy toca hablar de ejercicio, que hace tiempo que no lo hacemos. Os voy a hablar de una de las actividades físicas más completas que existen, por no decir la que más… ¡la natación! Ya… en invierno da una pereza terrible con el frío… ¡pero ahora estamos en verano! (al menos a este lado de la Tierra…), así que no hay excusa alguna.
Vamos a ver por qué la natación es tan beneficiosa.
Es un deporte que puede realizar casi todo el mundo, sin importar la condición física o la edad de la persona. ¿Por qué? Principalmente porque la natación no daña las articulaciones ni los huesos, ya que, al flotar en el agua, el peso del cuerpo no recae en ellos. Por tanto, el riesgo de lesiones para un nadador aficionado es muy bajo.
Es un gran ejercicio aeróbico, que te obliga a estar en contínuo movimiento (si no quieres hundirte…), mejorando así el sistema cardiovascular y respiratorio.
Mejoras el sistema cardiovascular porque se ejercita en todo momento el corazón con suavidad y favorece la circulación de la sangre, especialmente en las piernas.
El sistema respiratorio mejora con el entreno, gracias a que estamos fortaleciendo los músculos encargados de llenar y vaciar los pulmones de aire. De esta forma, lograremos coger más aire en una inspiración, haciendo así la respiración más eficiente.
También es un gran ejercicio para tonificar todo el cuerpo. Sí, habéis leído bien, todo. Cuando nadamos ejercitamos más de dos tercios de todos los músculos del cuerpo. Trabajamos piernas, brazos, torso y caderas, aunque es verdad que por norma general lo que más ejercitamos son los tríceps, pectorales, dorsales y espalda. Aun así, también podremos trabajar mucho el tren inferior utilizando tablas para no mover los brazos, haciendo aquabiking (spinning pero en el agua), aquagym…
Con la natación prevenimos y ayudamos a curar lesiones. Mejoramos la postura corporal y es muy bueno para las lesiones de espalda (aunque para esto recomiendo ponerse en manos de un profesional que nos indique qué debemos hacer y cómo). También nos ayuda con las articulaciones.
Mejora nuestro estado de ánimo: como muchos ya sabréis, al hacer deporte generamos endorfinas, que nos dan sensación de felicidad. Además, mejora nuestra autoestima y se reduce el estrés.
Con la natación mejoramos nuestra calidad de vida: retrasa el envejecimiento, aumenta la capacidad motriz y la memoria, ya que se requiere concentración y coordinación. Además también adquirimos mayor elasticidad.
Adelgazas más que con otros ejercicios cardiovasculares, debido a que se queman más calorías, ya que los músculos trabajan en el agua de 5 a 6 veces más. Además es un deporte que tonifica los músculos, los alarga y mejora la silueta.
La natación está muy recomendada para personas con discapacidades físicas, psíquicas, autismo…
También está indicada para bebés, mujeres embarazadas, ancianos…
¿Qué necesitamos para empezar a nadar? Pues poca cosa: un bañador, lógicamente. Que sea cómodo, que no se mueva (si nos pasamos todo el rato intentando que no se nos baje el sujetador del bikini os aseguro que no vais a reducir el estrés…); un gorro, al menos si nadas en piscinas públicas; si nadas en el mar quizás te venga bien para apartarte los pelos de la cara, pero no es tan necesario; unas gafas para que no te entre agua en los ojos y puedas ver debajo del agua (esto también depende de si nadas en piscina o en el mar y de la sensibilidad que tengas en los ojos. Yo personalmente no puedo abrirlos debajo del agua ni medio segundo…); unas chanclas con suela de goma para no resbalarnos y evitar los hongos.
Algunos consejos: antes de ponerte a nadar procura realizar algunos ejercicios de calentamiento. Procura adoptar una buena postura (cuerpo recto, cadera cerca del agua y rodillas siempre dentro) y controla la respiración.
Y… ¡a nadar! Procura empezar con sesiones suaves, de no más de 400 metros, alternando varios estilos (crol, braza, espalda y mariposa), 2 ó 3 días por semana. Luego podrás ir aumentando la velocidad, la distancia recorrida y la frecuencia de entreno.
Y hasta aquí lo que tenía pensado contaros sobre la natación. Podríamos hablar mucho más sobre este magnífico deporte, pero consiste en que os animéis a nadar, no a echaros una siesta de puro aburrimiento…
Así que… ¡no hay excusas! Aprovecha el buen tiempo, ponte el traje de baño… ¡y a nadar!
¡Hasta la próxima!
La entrada Natación aparece primero en Cuída-T.