Da Silva et al. (2006) realizaron un estudio sobre los efectos de la natación sobre la presión arterial en adultos hipertensos y demostraron que un programa regular de natación provoca reducciones significativas en reposo en la tensión arterial de adultos hipertensos.
Pero no todo es perfecto..
Tener una mala técnica (teniendo en cuenta que en la natación los gestos técnicos se repiten muchísimo) es muy probable que nos conduzca a una sobrecarga muscular, y a la larga, podría provocarnos más de una lesión.
Además, muchas veces y sobre todo a gente más mayor, ante cualquier tipo de problema articular el médico recomienda realizar varias sesiones de natación a la semana. A simple vista puede parecer una buena recomendación pero a la larga, podría ser contraproducente si esa persona no está bien familiarizada con el medio o si no realiza las sesiones bajo la supervisión de un profesional.
Estos dos son los dos ejemplos más comunes en los que la natación tendrá efectos adversos. Ahora vamos a hablar de los muchos beneficios que nos aporta:
Ejercicio aeróbico constante: beneficioso para los sistemas cardiovascular y respiratorio. Se favorece la circulación sanguínea y, debido a la postura horizontal, el agua ejerce una acción de drenaje en las piernas.
De la misma forma que realizando cualquier otro deporte, la nadar favorece la segregación de endorfinas (conocidas como las hormonas de la felicidad). Por lo tanto, después de una buena sesión de natación estaremos de mucho mejor humor.
Trabajamos una gran parte de los grupos musculares de nuestro cuerpo
Nos ayuda a mantener una presión arterial estable (y mejorarla en el caso de los hipertensos).
Disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares
Mejora la postura corporal
Mejora en desarrollo psicomotor.
Recomendaciones
Por último, decir que para poder obtener los beneficios ya mencionados es muy importante tener en cuenta lo siguiente:
Hacerse un examen médico antes de comenzar la actividad física para estar seguro que se puede practicar este tipo de ejercicio. El médico nos recomendará el tipo de ejercicio que necesitamos y la intensidad de éste que podemos realizar.
Hidratarse correctamente para evitar problemas de piel.
La constancia es muy importante para lograr beneficios a largo plazo.
No tengas prisa ni superes tus límites, no se trata de correr, todos tenemos un ritmo.
Ser pulcro con la limpieza y el aseo personal para evitarse infecciones y sobre todo sigue todas las recomendaciones higiénico-sanitarias.
Contacta con un profesional del deporte para que te acompañe.
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