Ya hemos explicado en varios artículos anteriores en que consiste Mindfulness: vivir el aquí y ahora, con atención plena y sin juzgar la experiencia.
Si esto lo llevamos a la alimentación, vendría a ser disfrutar de la comida de forma consciente y sin tener remordimientos. Y para eso, lo primero que debemos hacer es distinguir cuando el hambre que sentimos es física o es emocional.
Según Javier García Campayo, psiquiatra en el hospital Miguel Servet de Zaragoza y coordinador del Máster de Mindfulness en la Universidad de la misma ciudad:
Se trata de una filosofía que nos invita a llevar nuestra atención momento a momento en ámbitos relacionados con la alimentación, es decir, significa elevar nuestra consciencia observando nuestros patrones de ingesta con curiosidad y aceptación, siendo conscientes de cómo tomamos las decisiones de qué alimentos comer, cómo y cuándo
La mayoría de las veces no nos paramos a disfrutar de ese momento de la comida, siendo realmente conscientes de lo que decidimos comer, de su textura, su olor, su sabor, y nos limitamos a ingerir los alimentos a toda prisa. Muchas veces incluso, nos encontramos con el plato vacío delante de nosotros y si nos preguntaran, no sabríamos ni cómo hemos terminado con todo lo que había en él.
Se ha convertido en un hábito que realizamos de manera inconsciente, como conducir o tantos otros a los que ya no prestamos atención.
Y lo que no tenemos en cuenta es que, en muchas de las ocasiones, no comemos por hambre física, sino por hambre emocional. Aprender a diferenciar cuando es una u otra es esencial para poder llegar a comer conscientemente cambiando así nuestra forma de relacionarnos con la comida.
¿Cuántas veces has comido solo porque era la hora de comer, porque estabas aburrido o porque simplemente no sabías qué hacer?
Si somos capaces de pararnos a pensar por un momento antes de ingerir algún alimento, y reflexionar sobre las verdaderas necesidades que nos llevan a hacerlo, estaremos avanzando en el camino del Mindful Eating.
Y si, una vez que las hemos descubierto y decidimos comer, le ponemos toda la atención a ese momento, ¿no te parece que podemos disfrutarlo mucho más?
Beneficios del Mindful Eating
Vamos a hacer un repaso de todos los beneficios que puedes conseguir poniendo en práctica el Mindful Eating:Desarrollas la capacidad de elegir cuándo comer, qué comer y cuánto comer.
Eres capaz de distinguir si es hambre realmente física o existe alguna necesidad emocional detrás que estás intentando cubrir. A veces la comida se usa para sentirse mejor, o para aliviar la tristeza, el aburrimiento, el estrés
Evidentemente, al comer con atención plena disfrutas mucho más de la comida y aumenta tu concentración.
Permite controlar mejor tu peso y perderlo si es necesario, ya que al pararte a disfrutar de lo que estás comiendo practicas el auto-control y además eres capaz de detectar cuando estás realmente saciado y parar.
Ya no existen alimentos prohibidos sino que tú decides comer algunos solo esporádicamente y decides también la cantidad.
Y por supuesto ayuda a reducir la ansiedad, ya que al dejar de comer de forma compulsiva eres más consciente de tus emociones y se reduce ese estrés.
Tips para practicar Mindful Eating
Aquí te traemos algunos tips sencillos para empezar a practicar la alimentaciónconsciente desde ahora mismo:
Intenta comer siempre sentado en una mesa, y no de pie o deprisa y corriendo.
Antes de sentarte, despeja la mesa de cualquier otro elemento que pueda distraer tu atención (el móvil, el mando de la tele, el reloj, etc)
Define un espacio para ti destinado a comer, incluso aunque estés solo.
Utiliza utensilios y vajilla que te motiven y te gusten.
Tómate un momento para ajustar la iluminación de manera que te sientas a gusto.
Considera la idea de poner algo de música relajante mientras comes.
Intenta desconectar el modo “multitarea” durante el rato de la comida.
¿Qué te han parecido todos estos consejos? ¿Difíciles de llevar a cabo?
Quizás al principio pueda parecerlo, sobre todo con el ritmo de vida que habitualmente llevamos. Pero los beneficios bien merecen la pena ¿no te parece?
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