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Debido a que la alimentación consciente proviene directamente del mindfulness, primero te vamos a contar brevemente en qué se basa este método. La atención plena se caracteriza en ejercitar e incrementar tu capacidad de concentración en el momento actual y te ayuda a ser completamente consciente del mismo. El mindfulness está orientado a mejorar tu salud y tu calidad de vida en general reduciendo notablemente tu nivel de estrés y ansiedad diarios. Asimismo, te ayuda a ser más reflexivo y menos impulsivo en la toma de decisiones.
¿Qué significa comer con atención plena?
Cuando comes porque tienes ansiedad, estrés o simplemente porque estás aburrido, lo que haces es saciar lo que se denomina como el hambre emocional. Tal y como indican varios estudios, esto es debido a que tu cerebro activa los mismos mecanismos tanto cuando estás hambriento como cuando te sientes ansioso.
La diferencia entre ambos casos radica en el hecho de que cuando estás nervioso no comes porque realmente tengas apetito, sino que es debido a la ansiedad, el estrés o el aburrimiento. En otras palabras, no es una necesidad física la que te lleva a comer, sino que es emocional porque está dictada por los propios nervios o un mal hábito del que no eres consciente.
La alimentación consciente, por tanto, te ayuda a estar en sintonía con tus instintos naturales, favoreciendo la gestión de tus emociones, sensaciones y pensamientos que te incitan a comer por impulso. Es una forma de comer con el cerebro en lugar de comer con el estómago que, asimismo, sirve para saber cuándo has tenido suficiente y cuánto debes comer en función de cada ocasión.
Cabe recalcar que la alimentación consciente no es un nuevo tipo de dieta en el que tengas restricciones o limitaciones. Se trata de un método que te enseña a disfrutar de una comida pausada y saludable con el fin de fomentar tu bienestar y prevenir los sentimientos de culpa y de ansiedad. Especialmente, en la sociedad actual en la que todo se mueve a gran velocidad y apenas cuentas con tiempo para parar.
Diferencias entre el hambre real y el hambre emocional
Aunque pueda parecerte que siempre que sientes apetito y el hambre es real, lo cierto es que hay ocasiones en las que detrás de esta sensación se esconden otras emociones. Esto no significa que lo que experimentas no sea real en el sentido más literal, sino que puede tratarse de una manifestación de tus emociones. Por ejemplo, cuando tienes ansiedad y quieres comer de más, lo que en realidad anhelas es compañía, afecto, tranquilidad o seguridad en ti mismo.
– El hambre real se caracteriza porque aparece de manera gradual; no presenta una necesidad específica de alimentos concretos; no es necesario que la satisfagas de inmediato; dejas de comer una vez te sientes lleno; te sientes bien contigo mismo una vez has finalizado.
– Por su parte, el hambre emocional se identifica con los siguientes ítems: aparece de forma repentina e inesperada; sientes antojos por comidas o alimentos determinados; tienes la imperiosa necesidad de satisfacerla al instante; continúas comiendo cuando estás lleno; te sientes culpable, insatisfecho o avergonzado cuando paras de ingerir alimentos.
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Cómo aplicar la alimentación consciente
Hay unas pautas que puedes seguir a la hora de practicar la alimentación consciente y que te comentamos a continuación.
Acomódate
Puede parecer obvio, pero es esencial que para todas las comidas estés sentado siempre en una mesa puesta, con sus cubiertos y platos, y que te relajes. El objetivo de esta técnica es aprender a saborear la comida y favorecer una relación más sana para tu salud y bienestar.
Respira
Antes incluso de empezar a comer respira hondamente dos o tres veces. De esta forma, lograrás atraer tu pensamiento hacia el momento actual y ser completamente consciente del presente, tal y como se practica con el mindfulness.
Olfatea
No te prives de disfrutar de la comida con otros sentidos además del gusto y la vista. Huele los alimentos y piensa en el proceso que se ha realizado hasta llegar a tu plato.
El primer bocado
Toma un primer bocado y detente en degustar su textura, temperatura y sabor.
Come despacio
No se trata de engullir tu comida, sino de que comas con calma y tranquilidad, así que mastica cada bocado poco a poco y lentamente. De esta manera, además, lograrás hacer una mejor digestión.
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Usa tu mano no dominante
Para evitar que aumentes la velocidad inconscientemente, utiliza tu mano no dominante para coger los cubiertos. Al principio te resultará complejo, pero así te resultará más sencillo comer tranquilamente.
Aléjate de las distracciones
Si hay algo que cada vez se ha convertido más en una costumbre es comer con el televisor encendido y los teléfonos al lado de los cubiertos, como si fueran un acompañamiento de las comidas. Para evitar cualquier clase de distracciones, aléjate de los aparatos electrónicos y concéntrate en tu comida y tu cuerpo.
Separa las tentaciones
El objetivo es aprender a comer por necesidad, de forma consciente, escuchando a tu cuerpo y lo que te pide. Pero al principio esta tarea puede resultarte compleja, especialmente, si estás rodeado de tentaciones por doquier. Así que sírvete únicamente aquello que sabes que necesitas.
Escucha a tu cuerpo
Cada vez que te veas dirigiéndote hacia la nevera o la cocina con el objetivo de comer, pregúntale a tu cuerpo si realmente está hambriento. Puede que sientas la necesidad de picotear algo porque estás ansioso, aburrido o porque has visto a alguien comer.
En conclusión, la alimentación consciente es un método del mindfulness que te ayuda a fomentar tu bienestar y a cuidar de tu salud mediante una forma de comer controlada y tranquila, en la que el hambre marca el ritmo y no la ansiedad.