La psicología positiva está basada en la motivación y la voluntad de los individuos a la hora de tomar decisiones y marcar el camino de sus vidas. Ayuda a focalizar la atención en los aspectos que requieren una mejora y encontrar las posibilidades para ser más felices. El desarrollo de esta línea psicológica pertenece a Christopher Peterson y Martin Seligman, quienes han trabajado durante varios años para centrar su atención en los aspectos de la personalidad que deben ser mejorados y cuáles son los que nos proporcionan mejores posibilidades de ser felices.
Los rasgos clave de una personalidad para alcanzar la felicidad
Tras un exhaustivo análisis, los autores de la psicología positiva determinaron que entre todos los rasgos personales, hay 24 destacados y fundamentales para alcanzar la felicidad. Ellos los llamaron fortalezas y son los que, en esencia, nos ayudan a aumentar la sensación de control, satisfacción y felicidad en nuestra vida cotidiana. Las 24 fortalezas son:
Creatividad
Curiosidad
Capacidad de análisis con perspectiva de la realidad
Motivación para el aprendizaje
Coraje
Perseverancia
Honestidad
Entusiasmo
Inteligencia social
Amabilidad
Humildad
Prudencia
Autocontrol
Capacidad para perdonar
Capacidad de apreciación de la belleza
Gratitud
Optimismo
Humor
Espiritualidad
Entendiendo estas 24 fortalezas, el individuo debe plantearse con calma las siguientes preguntas para comenzar a trabajar sobre una psicología positiva: ¿Cuáles de las fortalezas dominó bien? ¿Cuáles deseo trabajar para mejorar? El corazón de esta tendencia en psicología centra su atención en el desarrollo de las fortalezas para lograr una versión mejor de nuestra propia personalidad, reforzando aquellas características de las fortalezas donde no tenemos tanto control, y mejorando así nuestro estado general.
La psicología positiva en el día a día
Repasando la lista de fortalezas, uno puede entender que la psicología positiva se encarga de trabajar sobre rasgos generales de la personalidad. Busca abordar nuestro propio enfoque sobre el día a día a través de un mejor entendimiento de nuestras limitaciones y de aquellos aspectos que requieren nuestro trabajo para mejorar el desempeño general.
El pensamiento positivo, la compasión y la humildad, por ejemplo, dan cuenta de una personalidad que es mucho más fácil de relacionarse con el otro, y una buena relación con las demás personas es fundamental para poder sentirnos felices y realizados en esta vida. La soledad y la imposibilidad de compartir sueños, diferentes o puntos en común con otras personas termina generando inconvenientes en la personalidad, y por eso la psicología positiva busca detectar nuestros puntos débiles y trabajarlos.
De allí que el enfoque de la psicología positiva aborde, primero las ideas fuerza para después ahondar en las posibilidades y formas para llevar adelante un trabajo sobre la propia personalidad y los mecanismos para ser más felices. Una mejor versión de nosotros mismos es posible, el trabajo lleva tiempo, pero es alcanzable.