De forma tradicional, la psicología se focalizaba en el estudio de la parte más negativa y patológica de la psique humana. La psicología positiva, como su nombre indica, trabaja con los aspectos más positivos como la alegría, el sentido del humor, la inteligencia emocional o la creatividad.
La psicología positiva plantea otra forma de vivir el proceso de cáncer. Procura que la personas con cáncer disminuyan y asimilen su sufrimiento emocional, centrando su atención en aquellas parcelas de su vida que funcionan adecuada y positivamente.
Esta rama de la psicología es recomendable también para personas que no tengan, en principio, ninguna razón o causa para visitar la consulta de un psicólogo. Es una gran ayuda para descubrir las potencialidades ocultas de cada persona y ayuda enormemente a mejorar la vida en general, incluso la forma de relacionarnos con otras personas.
En cuanto a las personas con cáncer, los investigadores del grupo de estudio que dirige Cristian Ochoa, psicooncólogo del ICO e investigador del Institut d´Investigació Biomédia de Bellvigte (Idibell) han demostrado que la terapia con psicología positiva es muy beneficiosa para ayudar a los pacientes con cáncer a hacer frente a su enfermedad. Estos estudios se han realizado de forma conjunta con investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona.
En tiempo pasados, los tratamientos que llevaba a cabo la psicología oncológica se centraban en intentar tener cierto control en el malestar emocional y la tensión que sufría el paciente. Se creía que el problema eran las excesivas reacciones emocionales que presentaban los enfermos.
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En la actualidad, con el modelo de psicología positiva, no se enfatiza en el sufrimiento, sino en dar otro enfoque a la forma de ver la vida. Se trata de que la personas se de cuenta de como quiere vivir en este momento en que siente amenazada su vida. También se fomenta la curiosidad por descubrir la mejor parte del enfermo en este momento tan delicado. Este tipo de enfoque se ha visto que ayuda a reducir de forma importante la intranquilidad y la angustia que sufren estos enfermos
¿En qué se basa la psicología positiva en el cáncer?
En ocasiones, la psicología positiva ha sido el blanco de críticas por creer que el hecho de otorgar omnipotencia a las personas, empujándolas a creer que “todo es posible”, tiene bastante de insensato.
Sin embargo, si nos esforzamos en separar la parte científica de esta ciencia de las creencias irreales a las que estas críticas hacen alusión, podemos darnos cuenta de lo importante y positivo que es el estudio de las potencialidades de cada persona y, sobre todo, de como hacer uso de ellas, en beneficio del bienestar de la persona.
Desde luego, no debemos confundir psicología positiva con el fenómeno conocido como “tiranía del pensamiento positivo”. Este tipo de movimiento exige que las personas sean felices aunque estén sufriendo. Suele caracterizarse por frases del tipo: “Si no eres positivo no te curarás” o “que nadie te note que estás enfermo”. Esto no tiene nada que ver con la Psicología Positiva
Las personas que tienen cáncer, sufren, y esto es una realidad innegable. Es absurdo decirles que no sufran o que no se preocupen. Esto hace que le quitemos la importancia que legítimamente tiene su sufrimiento. Es importante, partir de la base de que todo puede experimentarse, es necesario permitir que el sufrimiento o cualquier otro sentimiento sea experimentado sin temor o remordimiento.
Los verdaderos profesionales de la psicología positiva aplican su conocimiento y experiencia para que una persona con cáncer descubra aspectos de sí misma que no conocía. El cáncer, como toda crisis, consigue que hagamos una parada en nuestra vida, con el consecuente periodo de reflexión.
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Algunas técnicas de psicología positiva
Los psicólogos positivos nos demuestran que con pequeñas técnicas, es posible, en poco tiempo, aumentar la sensación de bienestar y minimizar problemas como la depresión o la angustia. Estás pequeñas ayudas, además de reducir el sufrimiento ante la adversidad, también nos ayudan a construir recursos que reduzcan los efectos negativos.que ocasiona este contratiempo.
Vamos a ver algunas pequeñas intervenciones que nos pueden ayudar a corto plazo a aumentar el bienestar y reducir los efectos negativos de las situaciones adversas:
– El saboreo
El saboreo es darte cuenta de la existencia del placer y procurar intencionadamente que este permanezca. Una estupenda manera de sembrar emociones positivas es maximizar la impresión emocional de las cosas buenas que tenemos.
Podemos “saborear” de muchas formas : compartiendo acontecimientos positivos con otras personas; creando recuerdos a modo de fotografías, diarios, etc; felicitándose a uno mismo cuando ocurren cosas buenas o siendo capaces de experimentar el placer al 100% eliminando de nuestra mente otros asuntos.
Por ejemplo, conseguir caminar, o comer, sintiendo el placer de poder hacerlo es otro saboreo muy necesario. Así mismo, cuando la enfermedad nos visita, poner atención en todo aquello que aún tenemos, hará que el sufrimiento disminuya en gran medida. Las personas que saborean habitualmente son más felices y optimistas, además de estar menos deprimidas que las que no saborean.
– Sentirse agradecido
El agradecimiento, contribuye a que las personas muestren una mayor satisfacción por la vida. Resulta muy interesante y estimulante, llevar a cabo un pequeño diario, donde anotar cada día las cosas por las que estamos agradecidos. Este ejercicio podría servir de ayuda para ser capaces de prestar más atención a los aspectos positivos de la vida, a apreciar más las pequeñas cosas y a ser más optimistas.
El agradecimiento también se puede experimentar cuando estamos enfermos. Podemos agradecer las personas que nos acompañan, los profesionales de la sanidad implicados en nuestro proceso, la tremenda fortuna de vivir en una parte del mundo en la que la medicina está al alcance de todos, y mucho más.
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– La observación de las propias fortalezas
El hecho de encontrar fortalezas no solo es aplicable a una vida sin enfermedad. Por mucho que a una persona enferma o discapacitada le resulte difícil observar sus mejores partes, no significa que no existan.
Una vez encontradas las principales fortalezas, estas pueden ser utilizadas para superar las debilidades de la persona o las fortalezas menos desarrolladas.
En definitiva, el objetivo último de vivir no es la mera supervivencia ante la adversidad, sino el crecimento y la felicidad. Todo ser humano merece una vida saludable y feliz. Esto está a nuestro alcance con las estrategias oportunas y la ayuda de los profesionales.
Y en esto te puede ayudar el método Crear Salud, que se convertirá en tu mejor compañero de viaje para poner en práctica la psicología positiva. Además, en este método también fomentamos y aconsejamos sobre una correcta nutrición y una vida más activa.
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