La felicidad no siempre resulta sencilla, sin embargo, nos sentiremos más cerca de la alegría si modificamos algunos errores habituales que solo nos hacen sentir estancados en la tristeza. Muchos de estos errores nos hacen sentir por debajo de nuestras posibilidades. Aunque cada persona es distinta, también somos más similares de lo que pensamos. A continuación, enumero diez errores que todos hemos cometido en algún momento.
Diez errores a corregir
Vivir en el pasado. Recordar en exceso algo que ya pasó haciendo de ese momento un elogio del mensaje “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Mientras vivimos de este modo, estamos anclados en una fecha del calendario que ya ha caducado.
En oposición con el punto anterior, también hemos cometido y cometeremos en algún momento, el fallo de vivir en la anticipación del futuro, creernos adivinos del mañana como si tuviésemos la posibilidad de predecir qué va a ocurrir. Luego la vida nos pone los pies en el suelo cuando rompe nuestros planes por completo.
Decirnos mensajes que solo sirven para alimentar la angustia: “Date prisa“, es uno de esos pensamientos en automático que todos nos hemos dado en algún momento de la vida. Si vives de este modo te pregunto: ¿A dónde vas con tanta prisa? ¿Realmente estás en el punto en el que quieres?
Tomarnos un hecho como algo personal cuando en realidad, no tiene nada que ver con nosotros. Este tipo de actitud es especialmente posible cuando atravesamos una etapa de autoestima baja.
Confundir la autoestima con la soberbia. Creer que la vanidad es una forma de amor propio.
No decir lo que sentimos en el momento oportuno y en la situación exacta. Sin embargo, seguir guardando en el interior ese
sentimiento que estalla en el momento inadecuado ante la menor insignificancia.
Estar estancado en la tristeza durante más tiempo del debido. A veces, prolongamos un dolor en nuestra mente a través del recuerdo.
Seguir pegados a una zona de confort que no deja el más mínimo margen para la sorpresa.
Perder autenticidad adoptando una pose determinada por miedo al qué dirán (somos especialmente vulnerables ante la opinión ajena durante la etapa de la adolescencia).
No buscar el lado positivo de los momentos negativos. Convertir el pensamiento negativo en la única opción posible en este tipo de situaciones.
Aprender de los fallos
No debemos vivir los fallos como una forma de culparnos por ellos sino como un modo de aprender para poder aplicar en nuestra vida las lecciones del ayer. Por tanto, a partir de ahora, vive más centrado en el presente, sé fiel a ti mismo, no te tomes los problemas como algo personal y busca un sentido a las situaciones de dolor.
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