Ayer mi profesor de meditación dijo una frase que me caló hondo, que me hizo reflexionar, y que quiero compartir con vosotros.
Todos los martes por la tarde/noche acudo a una “clase” de meditación que imparten, de manera gratuita, en el centro donde actualmente asisto a terapia. En futuros posts os hablaré tanto de la meditación como de la terapia.
Ayer, antes de iniciar la sesión, Agustín, que así es como se llama el instructor, dijo unas palabras que resonaron en lo más profundo de mi ser, que fueron como un bálsamo para mí, y que me gustaría compartir con vosotros:
“La consciencia [atención plena] es curativa en sí. El control, sin embargo, es todo lo contrario“.
Algo me hizo clic, y durante la práctica, cada vez que conseguía ser consciente de mi respiración (cómo era, qué sensaciones percibía en mi cuerpo… sin juzgarla), que no siempre es fácil (mi mente tramposilla es escurridiza), me decía a mí misma: “eso es, muy bien, te estás curando”, y sentía una gran calma.
Mientras escribo estas palabras me doy cuenta de que esta dicotomía, consciencia vs. control, es aplicable a muchísimas facetas de la vida, no sólo a (o en) la meditación.
¿Y a vosotros, qué os sugiere?
* Fuente de la imagen