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Cómo mejorar tu salud con meditación
Por Christine Hirlehey
La meditación es una técnica que se basa en la introspección. Se trata de enfocarse en silenciar la mente y así poder relajarnos y dejar atrás las presiones de la rutina cotidiana.
Su origen se remonta a los inicios de las grandes religiones de la humanidad, y forma parte esencial de varias doctrinas que buscan el desarrollo personal por medio de la búsqueda de la paz interna.
Por ejemplo, según el Budismo, por medio de la meditación podemos desarrollar la compasión, la capacidad de amar, la paciencia y la habilidad de perdonar. Por este razón, la meditación es una excelente herramienta para manejar situaciones estresantes, ansiedad, relaciones tóxicas y dependencia emocional, entre otras alteraciones psíquicas.
Todos podemos meditar, sin importar la edad o el sexo. De hecho, se puede empezar a meditar desde una edad temprana. En sesiones cortas y con un enfoque lúdico, la meditación es un hábito que se puede adquirir desde la infancia y que nos puede acompañar hasta la vejez. En esta última etapa de la vida, nos puede ayudar a enfrentar los cambios físicos y el miedo a la transformación que significa la muerte.
Para algunos expertos, meditar requiere de enfocarse cuidadosamente para poder pensar en algo que nos ayude a alcanzar un estado profundo de concentración. Por lo general, se ha asociado a la meditación con el aspecto espiritual, pero también se ha utilizado en los campos de la psicología y la psiquiatría.
Por otro lado, recientemente se han incorporado elementos de la meditación en la corriente del “mindfulness”, o concientización, la cual es una nueva técnica que se utiliza en psicoterapias y que se ha convertido en un tratamiento médico formal para varios problemas físicos y mentales.
Beneficios de la meditación para la mente, el cuerpo y el alma
Reduce los niveles de ansiedad y de estrés, y de las enfermedades asociadas con las mismas.
Mejora nuestro humor y aumenta la sensación de felicidad.
Nos ayuda a aclarar la mente y a enfocarnos mejor.
Relaja los músculos y reduce la tensión acumulada.
Nos hace conscientes de nuestro propio cuerpo y estado físico.
Ayuda a desarrollar la concentración y la paz interior.
Nos sumerge, aunque sea por unos minutos, en un estado de silencio interno y así aprendemos a desconectarnos del ruido cotidiano.
Mejoras nuestras relaciones personales al alcanzar un estado de tranquilidad emocional.
Reduce el riesgo de padecer enfermedades psicosomáticas.
Incrementa la confianza en uno mismo y ayuda a construir hábitos saludables.
Previene el insomnio.
¿Cómo se hace la meditación?
Lo primero que se necesita para empezar a meditar, es otorgarnos un tiempo para nosotros. Esto es necesario para alcanzar un mayor bienestar físico y mental. Debes desconectarte del ajetreo diario, del peso de las responsabilidades y de toda la carga psicológica que llevas sobre tus hombros.
Antes de empezar a meditar, es esencial que busques el momento del día que sea más conveniente para relajarte. Puede ser muy temprano por la mañana antes de comenzar la rutina diaria, que es cuando tenemos más energía. Meditar por la mañana nos ayudará a emprender el día con entusiasmo y una actitud positiva.
También se puede meditar por la noche antes de dormir. De esta forma aclararás tu mente y podrás descansar mejor. Es recomendable experimentar con diferentes horarios para poder decidir cuál es el más conveniente para ti.
Una manera excelente de comenzar con el hábito de la meditación es cerrar tus ojos y respirar profundamente mientras intentas no pensar en nada. Cada vez que aparezca un pensamiento, debes hacerlo a un lado. Poco a poco, a medida que se adquiera concentración, podremos aumentar la duración del ejercicio.
Mejora tu salud con meditación
Ya sea que lo hagas en una habitación acogedora o en contacto con la naturaleza, meditar mejorará tu habilidad para responder al estrés y mejorará tu calidad de vida.
Incluso, es notable la mejoría de los pacientes con todo tipo de enfermedades: artritis reumatoide, asma, diabetes, cáncer, y presión sanguínea alta.
En la Universidad de California se condujo un estudio que encontró que las personas que practican la meditación regularmente y a largo plazo tienen un mayor desarrollo de materia gris en las áreas del cerebro que se relacionan con el manejo de las emociones y la concentración.
De la misma forma que el ejercicio nos ayuda a desarrollar fuerza corporal, la meditación nos ayuda a desarrollar nuestra percepción y nuestra habilidad de sentir. Además, meditar tiene un efecto contra el envejecimiento del cerebro porque promueve el crecimiento de las conexiones neuronales, aumentando nuestra capacidad de aprender y retener información.
Por otro lado, la Universidad de Yale condujo otro estudio, el cual encontró que meditar reduce la actividad en las áreas del cerebro que nos llevan a cuestionar nuestras habilidades. De esta forma, la meditación puede mejorar una mayor sensación de satisfacción en nuestras vidas. También se notó una tendencia a disminuir el volumen de la amígdala, la cual es responsable de nuestras respuestas al miedo, la ansiedad y el estrés.
¿Practicas la meditación? ¿Te gustaría empezar a hacerlo?