Con la vuelta a la rutina del mes de septiembre, nace una nueva sensación que padecen muchas personas. El síndrome del domingo por la tarde, esa sensación de tedio que nace durante este día de la semana ante la perspectiva de un viernes y un sábado que parecían infinitos, y un lunes que representa el retorno a una rutina que pesa. Para afrontar el síndrome del domingo por la tarde, en primer lugar, intenta observar este sentimiento en su contexto: ¿Por qué te ocurre? ¿Qué mensajes te envías a ti mismo para sentirte de este modo? ¿Por qué no aprovechas tu domingo para algo más productivo que quedarte estancado en la apatía?
Ten un plan
El mejor modo de prevenir este síndrome es planificar con antelación alguna actividad que vas a llevar a cabo en ese momento. Una sesión de cine, un paseo, un plan en casa, un rato de lectura… Pero lo importante es no dejar este domingo abierto a la improvisación, al menos, conviene no dejarlo a la improvisación por pura norma. Además, también puedes experimentar el placer de romper la rutina gracias al poder del cambio de las estaciones. Por ejemplo, durante el invierno o el otoño los domingos se tornan más caseros. Y esto también es positivo ya que de este modo tienes tiempo para descansar y reponer energías.
Un día de reflexión
¿Y por qué no convertir el domingo por la tarde en un momento para la reflexión? Por ejemplo, puede ser un momento para hacer balance de los logros alcanzados durante la semana y también, es una buena oportunidad para definir metas para los próximos siete días.
El domingo por la tarde también puede ser un buen momento para la conversación con los seres queridos. O también, para hacer tareas en casa para las que no tienes tanto tiempo durante la semana. Por ejemplo, ahora puedes entretenerte con el cambio de ropa en el armario.
Nesting
Surge una nueva tendencia conocida como nesting, es decir, una nueva filosofía de vida en la que la mejor alternativa de ocio durante el fin de semana es estar en casa haciendo planes tranquilos y descansando. De este modo, se eleva el nivel de resiliencia frente al estrés laboral. Para que esta rutina sea realmente práctica es aconsejable no convertirla en una norma, sin embargo, sí puede ser apetecible regalarte un fin de semana tranquilo al mes. Tampoco hay que tomar al pie de la letra la idea de no salir de casa. Puedes salir en tu barrio, por ejemplo, potenciando el valor del comercio local, visitando los parques de la zona y respirando la cercanía de los vecinos.
El domingo es un día más de la semana, un día bonito como todos. Por tanto, intenta enfocarte en todo lo positivo de esta vivencia que es vida y es alma.