Exceso de responsabilidades
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La infancia es una de las etapas de la vida de un individuo más importantes y, sin duda, la más determinante. Las sociedades más avanzadas, a nivel cultural y/o económico, están de acuerdo en proteger y preservar la infancia, entendiendo que los niños deben aprender, formarse y disfrutar de su etapa con todas garantías, evitando que tomen roles y responsabilidades de adultos.
Lamentablemente, esto muchas veces no da resultado, a veces por la falta de recursos económicos y otras veces por exceso de tareas extraescolares que impiden al niño desarrollar otras habilidades y necesidades cubiertas por el juego y la diversión. Es entonces cuando los niños desarrollan ciertas patologías cada vez más habituales, como es el caso de la ansiedad no adaptativa y el estrés.
Síntomas de ansiedad y estrés en niños
Generalmente, los síntomas que presentan los niños con ansiedad y estrés son, en lo relativo a lo físico; dolores de cabeza, molestias estomacales, problemas para dormir, pesadillas o alteraciones del apetito por exceso o por defecto.
A nivel emocional; preocupación, dificultad para sosegarse, hiperactividad, temores a la oscuridad o a la muerte, agresividad, incapacidad para controlar las emociones, retrocesos a etapas anteriores o falta de actividad y cansancio.
Generalmente, los niños que disfrutan de un equilibrado espacio para el descanso y el juego son más risueños e imaginativos, al contrario de los que realizan excesivas actividades extraescolares que les impiden desarrollar otras facetas relacionadas con su crecimiento. Además, esa excesiva responsabilidad también les produce estrés y ansiedad con síntomas como los antes mencionados, lo que merma en gran medida su salud mental, física y, al fin y al cabo, intelectual, lo cual da como resultado la falta de rendimiento en todas las actividades, incluidas las más básicas, como la escuela.
Soluciones para restablecer el equilibrio
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La solución para ello es rebajar nuestro nivel de exigencia y permitir que el niño tenga su periodo de descanso semanal óptimo y su tiempo de juego adecuado. Si bien es cierto que la infancia es la mejor época para asimilar nuevos conocimientos, también lo es que el niño desarrolle su imaginación y se socialice en un entorno de libertad y juego, sin las presiones que implica desarrollar una nueva actividad de forma adecuada.
Es importante también que el niño sea el que, en la medida de lo posible, escoja las actividades extraescolares que vaya a desarrollar en función de sus gustos e intereses. Eso generalmente garantizará que se sienta cómodo con éstas y que las lleve a cabo de una forma más efectiva.
En caso de que el niño muestre falta de interés por cualquier actividad, es importante intentar motivarlo valorando sus aptitudes e intentar discernir cuál es el origen de su desidia, ya que detrás de ella pueden esconderse ciertos temores e inquietudes o una falta de autoestima. Consultar con un especialista es adecuado en estos casos.
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