1. Cuidado con el horno y con los restos calcinados
No dudes en esmerarte en la limpieza de este electrodoméstico más veces de las que crees. La acumulación de grasa y de restos orgánicos calcinados puede tener un impacto nocivo en tu salud. Evita utilizar agentes químicos, apostando en su lugar por vinagre y bicarbonato, previamente mezclados en un pulverizador. Haz que todas sus paredes queden impregnadas de este líquido y, a continuación, prográmalo a 120º. Cuando se haya enfriado, podrás retirar fácilmente todos los restos con una esponja. Conviene repetir este hábito de higiene al menos una vez al mes.
2. Materiales de ollas y menaje: barro, vidrio o hierro colado
¿A qué nos referimos con 'saludables'? Aunque no lo sepas, muchos de tus utensilios de cocina están plagados de tóxicos. Algunos de ellos son metales que absorbes en tu día a día y cuyo efecto es terrible a largo plazo (el calor junto a algunos de estos materiales está asociado a partículas potencialmente cancerígenas). Cuidado con el aluminio, en especial en ollas y sartenes muy antiguas y usadas: es siempre mejor utilizar ollas de barro o de hierro colado (aunque es muy pesado, es más seguro). Como ya sabrás, el vidrio es 100% seguro y recomendable.
3. Sustituye los químicos para limpiar
Los sprays limpiadores suelen llevar una amalgama de ingredientes químicos que, además de ser peligrosos para la salud de cualquier persona, son letales si un niño los ingiere por un descuido tuyo. Si tienes peques, podrías plantearte no utilizarlos y, en cambio, hacer uso de limpiadores naturales que son igualmente eficaces. Es el caso del bicarbonato, el vinagre de manzana o el limón. Limpian, desinfectan y, algunos de ellos, como es el caso del limón, llena de aroma cualquier rincón. ¡Dos beneficios en uno!
Además, un truco extra: si limpias con un paño húmedo el polvo e intentas mantener el ambiente fresco y seco, estarás ahuyentando a los ácaros.
4. Vibraciones en el hogar
Otra de las cuestiones que pueden afectar tu salud y la de los tuyos son las vibraciones en el hogar. ¿No sabes a qué nos referimos con este término? PINCHA AQUÍ y descúbrelo (pero, sobre todo, evítalo).
5. ¿Higiene? Mejor natural
¿Sabes que hay algunos productos cosméticos tremendamente erosivos para nuestro cuero cabelludo, piel y ojos? Así es, aunque no siempre es evidente el efecto negativo de estos geles y champúes, ni tan sintomático. Por ello es aconsejable utilizar, tanto para tu higiene diaria como para la de tus mascotas, si es que tienes, champúes naturales creados a partir de bicarbonato y agua o bien acondicionadores elaborados con vinagre y agua (e incluso agua y limón). Estos trucos naturales son cruelty free si además deseas adoptar un compromiso con el mundo animal.
6. Exponerse a tabletas, smartphones y ordenadores
Tanto para ti como para tus hijos, la sobreexposición a las pantallas de televisores, tabletas o smartphones no es nada beneficiosa. Intenta moderar el uso de estos aparatos y anímales a que, en su lugar, hagan uso de otros juegos y distracciones que no dañen tanto su vista. A la larga, los problemas de salud en esta parte del cuerpo son frecuentes debido a la hiperestimulación ocular.
Todos estos hábitos puedes abandonarlos paulatinamente a la vez que, poco a poco, te inicias en una vida más sostenible y saludable. Tú y los tuyos lo agradeceréis.
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