Un estudio afirma que, sobretodo en la tercera edad, compartir la vida junto a un perro puede ayudar a mejorar las condiciones físicas de las personas.
Los beneficios de vivir con un can han sido revelados por un estudio de The Gerontologist que confirma que tener que cuidar de un perro ayuda a asegurar la actividad física mínima necesaria para mantenerse saludable.
Según los investigadores de dicho estudio los resultados han demostrado que quienes viven con un perro en casa tienen ventaja sobre los que no lo tienen y ponen el ejemplo de que tienen que sacar a pasear al perro y cuidarlo, es decir, caminan y eso se traduce en un índice de masa corporal más bajo, ir al médico con menos frecuencia, hacer más ejercicio e incluso tiene beneficios desde un punto de vista social.
El estudio, coordinado por el experto del Colegio de Medicina Veterinaria de la Universidad de Missouri Rebecca Johnson, ha analizado los datos recogidos en 2012 como parte de un estudio patrocinado por el National Institute of Aging y la Social Security Administration estadounidenses.
Los autores consideraron la información sobre la interacción entre la persona y el animal, la actividad física, la frecuencia de visitas al médico y la salud de los participantes. Del análisis se ha podido sacar una relación entre el hábito de llevar al perro a pasear y la salud física de las personas (sobretodo de la tercera edad), y también se ha demostrado que aquellos que tenían un vínculo más estrecho con su mascota le dedicaban más tiempo al animal y hacían paseos más largos y más actividad física con él obteniendo mejores resultados.
“Nuestros resultados han demostrado que tener un perro y llevarlo a dar un paseo está asociado con un aumento de salud física”, subraya Johnson, autor del estudio.