Frases como esta, que vienen a decir, de fondo, que la salud no está directamente relacionada con una alimentación saludable, se oye todavía con mucha frecuencia, especialmente en personas jóvenes, con un crecimiento todavía incompleto.
Y es en casa donde se debe combatir, con hechos, esta idea que es fruto de la ignorancia, y no pocas veces, de la comodidad. Porque la salud de los miembros de una familia para por la cocina.
Según la Organización Mundial de la Salud, el "hambre oculta" es la carencia de vitaminas y minerales esenciales en la dieta, componentes que son esenciales para potenciar la inmunidad y un desarrollo saludable. Las carencias de vitamina A, zinc, hierro y yodo son motivos de gran preocupación para la salud pública. Unos 2000 millones de personas sufren de carencia de yodo en todo el mundo y la carencia de vitamina A se asocia cada año a más de medio millón de fallecimientos de niños menores de 5 años a escala mundial.
Las fuentes de estos nutrientes son múltiples, pero en verduras y frutas, la cantidad es considerable.
El déficit endémico de yodo (en zonas con difícil acceso a este elemento, por cuestiones geográficas o culturales) puede suplirse también con la adición de sal yodada a los alimentos, y es una medida impulsada ya hace años.
En el caso de los niños, es especialmente importante seguir las pautas recomendadas por el pediatra. Una alimentación adecuada en la edad infantil es vital para el resto de la vida de la persona.
Tampoco está de menos recordar que una dieta sana y variada asegura un aporte suficiente de estos elementos.