El sobrepeso y la obesidad son problemas de salud pública, concretamente la obesidad infantil, es uno de los más graves del siglo XXI. El último estudio ALADINO 2019 publicado en septiembre de 2020, muestra que la prevalencia de sobrepeso en la población infantil de entre 6 y 9 años es del 23,3%, y la prevalencia de obesidad, del 17,3%. Es decir, cuatro de cada diez escolares.
Es un problema creciente y desafiante debido a las consecuencias adversas a corto plazo sobre la salud, tales como complicaciones metabólicas, hipertensión, intolerancias, diabetes tipo 2 y otros procesos patológicos y psicosociales, trastornos del sueño y a largo plazo en la edad adulta, como mayor riesgo de obesidad, mortalidad prematura, mayor morbilidad con aumento del riesgo cardiovascular y metabólico.
El aumento de prevalencia en la mayoría de los países industrializados parece haberse desarrollado en paralelo a cambios observados en los hábitos alimentarios, actividad física y otros estilos de vida. Otros factores relacionados son el riesgo de sentir la angustia o estigmatización social que puede dar lugar a déficits educativos e incertidumbres a nivel emocional. Aumenta el riesgo de sufrir graves enfermedades clínicas, psicosociales y de salud mental en el futuro.
Desde luego que intervenir en prevención será una gran inversión en salud. La Terapia Ocupacional, puede ayudar a prevenir e intervenir sobre este colectivo, creando programas de prevención o llevar a cabo un acompañamiento en el entorno familiar/escolar será clave. Puesto que los terapeutas ocupacionales tienen las habilidades, herramientas imaginativas, capacitación para el desarrollo de programas y puntos de vista holísticos de las personas para adentrarse en las ocupaciones diarias como son la alimentación, movilidad, sueño/descanso, gestión de la salud a través de la prevención/ promoción/ rehabilitación de la salud mediante técnicas de intervención como la modificación del comportamiento en sus rutinas diarias y estilo de vida.
El papel de la terapia ocupacional es modificar las actividades diarias de una persona, comportamiento, patrones y roles para aumentar los niveles de actividad y mejorar la calidad de vida. Por ello, los terapeutas ocupacionales contribuyen en los tres niveles de atención al sobrepeso/ obesidad:
Prevención primaria, diseñando programas de estilo de vida saludable que incluya la actividad física y la nutrición. Estos programas comunitarios de promoción de la salud a través de cambio de vida, incluyen el aprendizaje de nuevos hábitos y rutinas, programas de bienestar para niños, adolescentes y adultos, y el aumento de las oportunidades para el juego y la educación física en las escuelas.
La prevención secundaria, se centra en aquellos que ya cursan con el problema de salud. Se precisa de una intervención con el niño y acompañamiento para su entorno (familia, colegio).
La prevención terciaria se dirige a aquellos que cursan con obesidad infantil. Requieren de un equipo multidisciplinario puede ofrecer una gama de intervenciones. El papel de la terapia ocupacional se centrará en el apoyo a las actividades de la vida diaria con dificultades en su realización.
Diversos estudios confirman que es durante la edad escolar cuando se gestan muchos de los problemas de salud que aparecen en la edad adulta y que entre las causas de éstos se encuentra la alimentación y los hábitos que las personas adquieren en su niñez. Los hábitos de alimentación infantil son muy importantes para el desarrollo del niño/a y deben ser cuidados desde las primeras etapas de su crecimiento.
Nota: El artículo ha sido publicado originalmente en Saludterapia.