Las enfermedades crónicas se van acumulando a lo largo de la vida y es frecuente que, cuando una persona se hace mayor, tenga que tomar varios medicamentos para controlarlas. De ahí que muchas personas mayores tengan que tomar muchas medicinas y esto es lo que se conoce como la polimedicación (más de cuatro fármacos al día).
La polimedicación favorece la aparición de olvidos, confusiones, reacciones adversas, interacciones, etcétera, que en última instancia dificultan el cumplimiento del tratamiento, disminuyen su efectividad, con el resultado no deseado de aumentar el número de consultas e ingresos hospitalarios por acontecimientos adversos asociados fármacos.
La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, SEGG, recuerda que el riesgo de sufrir reacciones adversas a los medicamentos aumenta con la edad, como consecuencia de los cambios relacionados con el envejecimiento, la suma de enfermedades y discapacidades y otras razones. Además, la mayoría de los fármacos no han sido estudiados adecuadamente en las personas mayores.
Las reacciones adversas graves a medicamentos por causa de la polimedicación son un problema frecuente, pero desconocido. “Se estima que hasta el 35% de las personas mayores que viven en sus domicilios y toman fármacos sufren alguna reacción adversa, y uno de cada tres ingresos en los hospitales de las personas mayores de 65 años se deben, al menos en parte, a reacciones o efectos adversos de medicamentos”, según explica el doctor Alfonso Cruz Jentoft, geriatra del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.
Las reacciones adversas tienen un 5 por ciento de posibilidades de aparecer cuando se consume un solo fármaco y casi el cien por cien de posibilidades de aparecer cuando se toman más de diez. Además, una parte de estas reacciones provoca caídas y fracturas de cadera (que generan un alto grado de dependencia en el anciano).
¿Qué pueden hacer las personas mayores y sus familias para reducir estos riesgos?, pues básicamente se trata de tomar medidas de sentido común:
- Usar los fármacos que se le prescriban siguiendo cuidadosamente las instrucciones que se le han dado.
- No usar medicamentos ni preparados de herbolarios por su cuenta.
- Preguntar al médico o al farmacéutico cuando existan dudas sobre cómo usarlos.
- Advertir de inmediato de cualquier cambio en la salud que pueda estar relacionado con los fármacos.
Y, por último recuerda que los medicamentos nos permiten vivir más tiempo y en mejores condiciones, pero no son inocuos. Aprendamos a usarlos.
¿Creéis que no usamos los fármacos adecuadamente?
Imagen: erix!/Flickr