Mantener la piel sana y en buen estado no sólo depende de factores hereditarios, sino también de los cuidados diarios y los alimentos que ingerimos cada día. La piel participa activamente en los procesos depurativos del cuerpo, por eso se le conoce como "El Tercer Riñón". Los riñones son los que filtran la sangre con el objetivo de retener las sustancias aprovechables y eliminar las perjudiciales a través de la orina. La piel, a través del sudor, expulsa una parte de estas sustancias perjudiciales que circulan por la sangre.
Por lo tanto, una alimentación donde prevalecen azúcares sencillos, grasas industriales y harinas refinadas provoca que el hígado y los riñones no depuren bien. Por lo tanto, la capacidad excretora de la piel también se resiente. Y las consecuencias son: puntos negros, tez apagada, acné, aparición prematura de arrugas y flacidez.
Cuidar lo que comemos es la clave para la belleza y la salud de nuestra piel. Aquí reflejaré algunos pasos básicos y muy importantes para tener un cutis con un aspecto luminoso, fresco, terso y rejuvenecido.
Vitamina C
Por dentro y por fuera. Sí.
Un zumo de naranja o de cualquier otro cítrico que nos guste, a diario, y vuelvo a recalcar a diario, porque sólo la constancia nos dará buenos resultados. Si no practicamos deporte y tenemos un trabajo de estar sentado, con medio vasito de zumo 3 veces al día tendremos suficiente para cubrir las necesidades de la vitamina C. Este simple gesto aleja enfermedades y ralentiza el envejecimiento cutáneo.
La vitamina C es indispensable para la producción del colágeno, proteína que compone un 70% de nuestra piel.
Las cremas ricas en vitamina C dan luminosidad a la piel y evitan que las células de los tejidos se oxiden y deterioren. A día de hoy tenemos un abanico muy amplio de cremas que llevan incluida en su composición la vitamina C.
Hidratación
La escasez de líquidos se nota enseguida en nuestra piel, se reseca, deshidrata, pierde elasticidad y tiene un aspecto apagado. Por lo tanto, y muy importante, necesitamos beber como mínimo unos ocho vasos de agua diarios para ayudar al cuerpo a eliminar toxinas y al mismo tiempo mantenernos hidratados. Una forma más de hidratarnos, y que a mi me encanta, es aficionarnos a las infusiones y caldos caseros. Además de hidratar la piel, el agua nos aportará magnesio, mineral indispensable en la formación del colágeno, gracias al cual la firmeza, la fuerza y la elasticidad de la piel está asegurada. Actualmente, la suplementación con colágeno está en auge por su escasez en nuestra alimentación. El magnesio y sus beneficios es un tema que me gustaría tratar más adelante en este blog. Es algo que hay que tener "siempre y para siempre" presente si queremos conservar nuestra juventud y bienestar.
Alimentos con efecto cosmético
La alimentación es clave para evitar la oxidación, porque dependiendo de lo que comemos podemos generar más o menos radicales libres. Nuestro organismo produce de forma natural antioxidantes contra los radicales libres, pero necesita ciertos alimentos para poder formarlos.
Frutas y Verduras: ricas en betacaroteno y vitamina C aportan antioxidantes que no necesitan ser sintetizados por el cuerpo, y por lo tanto actúan directamente contra los radicales libres. Zanahorias, calabaza, pimientos, tomates, naranjas y otros cítricos que no falten nunca en nuestra nevera.
Aceite de oliva virgen: la vitamina E, ácido oleico y sus polifenoles son un cóctel antiedad estupendo para nuestra piel.
Pescados y nueces: una excelente fuente de ácidos omega-3; su escasez en el organismo no tarda en dar señales, que se manifestarán con una piel seca y apariencia apagada, pérdida de elasticidad en la piel, cansancio, cabello seco y quebradizo. Los ácidos omega-3 deben ser aportados por la dieta y con 3 raciones de pescado azul a la semana tendremos cubiertas nuestras necesidades.
El ritual de la exfoliación
Es una práctica de cabecera para realizar una limpieza profunda de cutis. Nuestra piel está en una constante renovación. Si dejamos que se acumulen las células muertas y las impurezas obstruyendo los poros, tendrá un aspecto apagado. Por ello es muy importante, una vez a la semana si tenemos la piel grasa, y una vez cada 15 días si tenemos la piel seca, tener la costumbre de exfoliarla.
Un exfoliante casero muy económico, y que podemos hacerlo en casa, es el siguiente:
· Dos cucharaditas de bicarbonato sódico
· Una o dos cucharaditas de agua
Se va a formar una masa con la cual, con unos movimientos circulares, exfoliaremos la piel de la cara. Su textura fina permite pulir la piel con suavidad, y gracias a sus propiedades alcalinas, será un buen tratamiento para el acné.
Estos son unos pocos consejos para cuidar la juventud y belleza de nuestra piel, que también sumarán beneficios a nuestro bienestar general. Toda belleza empieza por una buena alimentación. Si tenéis alguna opinión al respecto, me encantaría saberla. Gracias y hasta la próxima con Nutre tu Juventud.