Hoy quiero hablaros de algo que hasta ahora tenía una idea equivocada de lo que significaba: la autoexigencia. Yo, al igual que la sociedad, me decía a mi misma que ser dura para conseguir mis objetivos era algo bueno y sinónimo de perseverancia, esfuerzo y lucha.
Nace de una baja autoestima y de la necesidad de demostrarnos a nosotros mismos y a los demás que somos personas válidas. Ésta genera bastante sufrimiento ya que la autoestima lucha por aumentar de una manera errónea a través de la búsqueda de reconocimiento por el miedo al rechazo que puede tener su origen en la infancia por múltiples motivos.
Su precio es muy alto ya que nuestra vida es un TODO de "deberías", "obligaciones" y "preocupaciones" para llegar al nivel de perfección que nos hemos propuesto en nuestra vida.
No darnos tiempo de descanso ni perdonarnos si algo no cumple nuestras expectativas nos lleva a un nivel alto de estrés, agotamiento físico y mental derivado del miedo a equivocarnos.
Es un circulo vicioso que empieza desde un mal planteamiento inicial: soy los resultados.
AUTOEXIGENCIA -> Cómo debería ser -> OBJETIVOS Y METAS -> Ser excelente en mi trabajo/carrera -> SENSACIÓN DE FRACASO -> No soy cómo debería ser -> BAJA AUTOESTIMA -> Cómo no lo hago bien... -> MÁS AUTOEXIGENCIA.
Tu no eres tus errores, no eres tus logros, eres una persona con valores, capacidades y limitaciones pero no puedes darle el poder a factores externos que muchas veces no dependen de ti.
Mi propuesta de hoy es precisamente cambiar la perspectiva de una autoexigencia negativa a una empática.
AUTOCRÍTICA NEGATIVA
AUTOCRÍTICA EMPÁTICA
Me castigo
Deseo mejorar
Miro al pasado para condenarme
Miro hacia delante
Me tengo rabia y desprecio
Me ayudo, soy amable, me apoyo y estimulo
Me centro en mis defectos y errores
Construyo lo positivo: los puntos buenos y áreas de mejora
Tengo miedo al fracaso
Tengo la esperanza que todo saldrá bien
Ante un fallo, me vuelvo a castigar
Reparo el error y sigo adelante
Entiende que equivocarte es un proceso de aprendizaje, céntrate en todas las cosas buenas que tienes y elimina el "si, pero" y el "debería" de tu vocabulario.