A tres días para acabar el año he creído muy conveniente escribir un post sobre los propósitos de año nuevo, que quien más, quien menos se plantea al iniciar el año.
Hay una creciente tendencia de proponernos demasiadas cosas o cosas un poco abstractas: quiero empezar a comer más sano, quiero hacer más deporte. El quit de la cuestión y nos evitaría la mayoría de frustraciones sería sólo escoger aquellas metas que nos estimulen, las que nos gusten, aquellas que con solo imaginarlo te ilusione y te ilumine la mirada. Evita que estos propósitos estén influenciados por lo que otras personas crean que son las mejores para ti.
Una vez has identificado cuales son las metas importantes para ti te has de preguntar:
- ¿Qué tengo que hacer para empezar a estudiar lo que me gusta? A partir de aquí tendrás que enumerar las ACCIONES que tendrás que llevar a cabo para conseguir tu meta principal, estudiar lo que te gusta. Por ejemplo, puedes decir:
1. Buscar en internet los requisitos que necesito para acceder a esos estudios.
2. Informarme de los centros donde imparten estos cursos.
3. Pedirles información y concertar una visita para que me expliquen cómo funciona.
4. Ir a la visita de varios centros y valorar cual me convence más.
5. Matricularme.
6. Mientras no empieza el curso: informarme por mi cuenta del temario que voy a estudiar, leer libros, preguntar a personas que conozco y han estudiado esta carrera.
8. Empezar mi curso.
Obviamente es un ejemplo y cada uno se cómo mejor le conviene, pero es para que veáis que un objetivo aparentemente fácil de llevar a cabo conlleva muchas pequeñas acciones y que mientras no llegues a la meta te mantendrán ilusionado y motivado si la desglosas. No hay excusa para empezar desde el mismo día 1 de enero, da el primer paso y no lo postergues.
Es muy importante tener en cuenta que cada meta forma parte de un proceso y que ello conlleva una evolución que veremos poco a poco pero no por ello tenemos que desmerecer si no vemos resultados inmediatos. Cuando te sientas decaído párate, mira hacia atrás y observa hasta donde has llegado. Mantente constante y piensa que la persistencia es la clave, ahora estás plantando semillitas que a largo plazo te darán sus frutos.
Y ahora me diréis, eso esta muy bien y la teoría ya la sabemos, pero cómo podemos hacer para que nuestra motivación no decaiga?
- Crea tus propios recordatorios. Para ayudar a tener presentes tus objetivos es interesante hacer pequeñas cosas que te ayudarán a recordar que estás consiguiendo tus propósitos y te mantendrás motivado. Ten una copia de tu listado en tu agenda, ponte post-it en tu ordenador, haz un tablero de corcho y haz un mural poniendo todo aquello que te ilusione, fotos y frases que te inspiren, tus objetivos, post it en la nevera. Te puedes poner alarmas en el móvil a cada hora con frases que te alegren y te ayuden a no decaer.
- Crea un ambiente que te invite a mantener tus propósitos. Por ejemplo si te has planteado volver a estudiar hazte una zona de estudio, si te has planteado pasar más tiempo con tus hijos, crea una zona donde podáis sentaros y hablar de cómo ha ido el día, busca actividades que puedas hacer con ellas y cuélgalas en la pared de esa zona con cartulinas.
- Supera tu miedo al cambio. Muchas veces es este miedo el que nos paraliza para alcanzar nuestras metas. Cuando nos planteamos nuestros objetivos nos sentimos bien, pero cuando empezamos a ver frutos de nuestro éxito el miedo aparece y las excusas invaden tu mente haciéndote renunciar a tu responsabilidad autosaboteandote.
- No te permitas más decir un "NO PUEDO" y cámbialo por "PUEDO Y LO HARÉ".
- Párate a pensar en las escusas que no te dejan avanzar y escríbelas en un papel. De esta forma cuando aparezcan las podrás identificar y erradicar.
-No culpes a los demás por no conseguir tus objetivos, piensa que si eres realmente firme los ruidos ajenos no son más que eso: ruido.
¿Y cuando las cosas no salen como esperábamos?
Empieza de nuevo sin remordimientos. Si las cosas no han salido como esperabas trata de identificar que ha podido fallar, no para martirizarte, sino para poder aprender de ellos y usarlos para lo que son, un motor de aprendizaje.
Descansa unos días y proponte empezar otro día con la misma ilusión.