Hace más de tres meses que divisé y grité aquello de… ¡Crisis a la vista! Resulta que la vida es caprichosa y que cuando parece que estás enderezando el vuelo, tienes ilusiones que se abren ante ti, aparece el visitante inesperado y nunca bienvenido en un formato que nunca gusta, en mi caso todo se preparaba para una intervención quirúrgica, sin tener una fecha clara, con la movilidad reducida y un grado progresivo de deterioro a medida que pasa el tiempo. Siempre me ha gustado mis momentos de soledad, pero esta vez soy “ermitaño por imposición”, justo cuando se aproxima el verano y cuando tu mente y tu cuerpo más te piden estar hacia fuera.
Para más inri, los tiempos de médicos y pruebas van a un ritmo distinto que el de tu propio reloj, que parece querer apresurarse y es así como fácilmente vuelves a sentirte vulnerable, sin las riendas y el control de tu futuro.
La incertidumbre, el nerviosismo, la impotencia ante la situación que se genera puede hacerte ver el escenario en el que te encuentras. Puedes sentir incluso la soledad más extrema y aprender a enfrentarte solo al gigante de tus miedos otra vez. Puedes incluso ponerte unas gafas que te confronten con la realidad, habrá personas que te sorprendan para lo bueno y para lo malo. Definitivamente te pone en tu sitio por muy doloroso que sea.
¿Y ahora qué hago?
Ahora que escribo esto, estoy inmerso en todo el proceso y ha habido momentos de mirar al frente y no ver nada claro. Lo paradójico de la vida es que te puedes quejar un instante, pero al rato tienes que hacer un “stop” para recordarte que aún puede apretar más y que hay personas que esa misma situación puede parecerles hasta liviana. No te sorprendas si surge en tu cabeza la pregunta de por qué sufrimos o qué sentido tiene todo en la vida. Quién sabe, quizás dentro de unos cuantos cientos de años, seamos capaces de remar juntos para un fin común y también capaces de comprender un poquito más todo este misterio que nos envuelve..
La cuestión es, que llegado el momento cuando comienzas a aceptar lo que has andado y lo que te queda por recorrer, lo mejor es ponerte un plan de trabajo para aprovechar el tiempo y parar la mente. Por ello y por si sirve de algo, comencé a hacerme un listado de las cosas que siempre quería hacer y no podía por falta de tiempo, en mi caso y por mi situación, serían aquellas que no precisaran de muchas movilidad. A modo de tormenta de ideas por si te encuentras en una situación similar, dejo alguna de las tareas que me he pautado; ya os contaré cual fue el resultado final.
Las tareas del convaleciente
Lo primero de todo creo que en la medida de lo posible es tratar de hacerte la vida más cómoda, quizás tengas que adaptar un poco tu entorno conforme a tus necesidades. Para algunas cosas, te tocará depender, para otras igual puedes apañarte; hoy en día el comercio electrónico puede hacerte llegar lo impensable.
Aprender a tocar un instrumento. La música obra milagros y en mi caso entré tan tarde al aprendizaje de la música que he tenido que ir a poquitos, cuando uno puede arañar algo de tiempo. Así es que puede ser una gran oportunidad y un buen entretenimiento ¿No?
Dale caña a un idioma. Es otro clásico de la procrastinación, y de los “tengo que…pero empiezo mañana” Dedicar un tiempo a la lectura y el aprendizaje de un idioma puede serte de gran ayuda durante y después de la crisis.
Estudia algo que te apetezca. Hoy en día hay un sinfín de formaciones tanto en presencial como a distancia. Quizás ya te encuentres estudiando una carrera, un módulo o una oposición. Pues bien ¡A por ello!
Dedícale un tiempo a la meditación o a la relajación. La mente es un gran reto a conquistar, creo que se debería ejercitar estas prácticas desde pequeños, para tener mayor autocontrol, enfrentar mejor las crisis. Si tenemos este bagaje, seguramente vamos a adquirir más sabiduría y también más empatía.
No te olvides de lo lúdico. La música y el cine también te mantendrán entretenido, así es que selecciona los temas que más te gusten. Las películas cómicas, tienen el plus de que además te harán reír.
Define la RAE la palabra Resiliencia como la “Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos”. Una crisis puede hacerte replantearte muchas cosas, es duro, pero puedes salir fortalecido en muchos aspectos que probablemente sólo se vean con el paso del tiempo. A veces incluso, es mejor no intentar comprender demasiado… Suerte compañer@, que arribes a buen puerto.
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