Nadie puede saber cuántos años de vida van a definir su historia, sin embargo, todo ser humano tiene una expectativa previa que conecta con la esperanza de vida del lugar. Esta es una de las razones por las que, hacia el ecuador de la vida, la persona es más vulnerable ante el riesgo de sufrir una crisis de mediana edad. ¿Cuáles son los síntomas? En Psicología y Autoayuda te lo contamos.
Insatisfacción y frustración
Tienes la sensación de estar en un lugar distinto del deseado. Cuando te proyectas a ti mismo en un escenario ideal de felicidad, este no es el lugar en el que te sitúas. Te gustaría protagonizar un momento y unas circunstancias distintas.
Visión negativa de la realidad
Una persona que sufre la crisis de la mediana edad observa su historia en términos de aquello que ha perdido. Por ejemplo, aquello que ha quedado pendiente de realizar, esos sueños que fueron importantes en algún momento y quedaron sin materializar.
Sensación de incomprensión
Una persona que sufre una crisis de mediana edad experimenta sentimientos contradictorios respecto a su propia situación. Esto puede producir sensación de incomprensión por parte del entorno. Esta crisis es un reflejo de cómo no es posible juzgar la situación de una persona a partir de las apariencias.
Ganas de cambio
La crisis de mediana edad puede enmarcarse en el plano vital de un modo general, o por el contrario, ser más concreta de un plano específico. Ya sea en el amor o en el ámbito laboral, la persona quiere un cambio y busca el modo de llevarlo a la práctica. Aunque también puede debatirse internamente entre el apego a la vida conocida y el vértigo de dar el salto fuera de la zona de confort.
Peso de la rutina
La rutina es inevitable en la vida. Sin embargo, una persona que sufre la crisis de mediana edad sufre ante la idea de proyectar su presente en el futuro. Es decir, le asusta la idea de seguir haciendo lo mismo durante mucho tiempo. Desde el punto de vista del tiempo, cuando una persona es feliz vive principalmente centrada en el ahora, sin embargo, una persona que experimenta esta crisis se mueve más en el plano del pasado como nostalgia o el futuro como posibilidad de cambio. Pero el hecho de no estar centrado en el presente lleva al protagonista a sentirte triste y apático.
Preocupación excesiva por el tiempo
La edad es una condición más de la vida, una circunstancia inevitable. Sin embargo, cuando una persona vive una crisis de edad experimenta una preocupación excesiva por el paso del tiempo. Es como si este tema se tornase recurrente ante esa voz interior que marca la angustia del paso de las hojas del calendario con cierto tedio.
¿Cuál es el lado positivo de una crisis de mediana edad? Te permite conocerte a ti mismo y tomar fuerza para propiciar esos cambios que quieres materializar en tu existencia presente y futura. Porque una crisis es una escuela de aprendizaje.