Probablemente, a muchos de nosotros / as, nos han ocurrido enganches emocionales que no llevan a ninguna parte, pero que sin embargo, nos obcecamos en mantener situaciones que llegan a humillarnos, sacrificando tiempo y dando todo a cambio de nada.
No hablo desde el punto de vista de la psicología, pues no soy profesional de ello, hablo desde la opinión o la experiencia personal de algo que atañe especialmente a las mujeres, pero desde luego también a los hombres y se traduce siempre en una falta de autoestima.
Lo cierto, es que a veces mantenemos relaciones que sabemos perfectamente que no van a llevar a buen puerto, pero no sabemos cortarlo o sencillamente no queremos porque nos engañamos a nosotros mismos a cambio de una falsa ternura.
Quizás, si has llegado hasta aquí, es porque te estás cuestionando algo y eso es buena señal. Seguramente antes habrás creído tantas veces, que la otra persona cambiaría, pero lo cierto es que raramente lo hacen cuando se sienten con el control de la relación de amistad, de pareja o de lo que sea. ¿Crees que renunciarán fácilmente? Seguramente no. Si lo hacen sería porque han sido capaces de reflexionar, cosa poco probable y acudir a un profesional.
Alguien puede pensar que es problema del que no pone límites y en cierto modo es verdad. No obstante hay personas especialmente egoístas, narcisistas y dominadores. Esto es un gran probema de fondo que si no estás hábil, te afectar de lleno. Suelen ser personas que sólo hablan de sí mismas, te pedirán tu apoyo permanentemente, pero te darán poco a cambio. Cuando intentes hablarles de lo que te afecta, le quitarán importancia o incluso te harán sentir culpable, te escucharán poco. Para ellos o para ellas es secundario frente a lo que les atañe a ellos. No esperes un abrazo, ni comprensión alguna en la mayoría de los casos.
Suele confundir también los brotes de pequeños detalles que harán que te engañes y te digas a ti mismo /a que te quiere, pero no será así. El tiempo seguirá pasando, mientras pienses que no encontrarás nadie como ella o como él. Hazte un listado a diario de los detalles que te hacen sufrir y quizás puedas llegar a la conclusión de que lo mejor que te puede pasar es no dar con una persona similar.