Por mucho que lo creamos así, las personas que no tienen sobrepeso no tienen una varita mágica que las convierte en delgadas. El perfil de las personas que conservan su peso a lo largo de los años es muy diferente del perfil de las personas que constantemente están a dieta sin conseguir demasiados resultados.
El hecho de tener el peso adecuado para nuestra edad y complexión es algo que es fácil de conseguir. Sin embargo, antes de embarcarte en la tarea de perder el peso que te sobra, es importante que tengas ciertas cosas claras.
Alimentación nutritiva y viva
Cuando nos alimentamos de alimentos vivos y naturales las posibilidades de que nuestro peso no suba. Nuestro cuerpo necesita una nutrición real para llevar a cabo sus diferentes funciones.
Imagina por un momento que estás construyendo una casa. Tienes un ayudante que te va suministrando el material. Cada vez que le pides un ladrillo él te da un trozo de plástico. ¿Qué le dirás? ¡Dame ladrillos, por favor, que con esto no puedo continuar! Sin embargo, por más que tu pidas, tu ayudante sigue dándote cosas absurdas que no te sirven para nada. Seguramente tú seguirás pidiendo a ver si hay suerte y en algún momento se decide a darte algún ladrillo.
Esto mismo pasa con nuestra alimentación. Cuando le damos al cuerpo alimentos que no tienen nutrientes, le estamos suministrando materiales que no sirven para nada. Primero tiene que eliminarlos, como pueda, y después seguirá pidiendo más comida en su intento por poder funcionar adecuadamente. Por este motivo, muchas personas sufren de ese hambre desesperada y necesitan comer continuamente. El cuerpo demanda de manera continua alimentos nutritivos que pueda utilizar.
Esto no sucede cuando el alimento que le damos a nuestro cuerpo es alimento nutritivo. Si nuestra dieta se compone de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales de calidad, nuestro cuerpo tiene a su disposición los materiales que necesita. Por este motivo, la sensación de hambre a todas horas desaparece. Y consecuentemente, los kilos no se acumulan con el paso del tiempo.
Alcohol y bebidas azucaradas
Si quieres adelgazar con salud y de manera duradera hazte a la idea de que las bebidas alcohólicas y azucaradas deben de ser eliminadas de tu dieta.
El alcohol tiene calorías vacías que nos engordan y que no nutren en absoluto. Así mismo, las bebidas azucaradas están cargadas de azúcar que tampoco nos interesa en ningún sentido. Tanto unas como otras someten al cuerpo a subidas y bajadas de azúcar que nos llevarán a comer más de la cuenta intentando encontrar un poco de equilibrio.
El horario de las comidas
Para poder adelgazar no puedes saltarte ninguna comida. El cuerpo necesita un suministro regular de nutrientes, sobre todo de glucosa. Si te saltas alguna comida, puedes estar seguro de que antes de la comida siguiente comerás algo que no te conviene.
La regularidad en los horarios nos ayuda a que nuestro peso se equilibre. Cuando comemos comida saludable, a horas determinadas, no tendremos necesidad de picotear, que es lo una de las cosas que nos hacen engordar sin querer.
Procura, sobre todo, no dejar de desayunar ningún día. Se ha comprobado que las personas que no desayunan tienen más dificultades para no engordar.
El agua
Si quieres perder peso, el agua será tu única bebida. Muchas personas han perdido el reflejo natural de sed. Se han acostumbrado a tomar bebidas que no sean agua y no se dan cuenta de si realmente tienen sed o hambre.
Cuando sientas hambre, prueba primero a beber un par de vasos de agua. Si después de un rato aún tienes hambre, come algo nutritivo. A veces la sensación de vacío en el estómago es falta de hidratación.
Vida activa
Además de la alimentación, el movimiento es indispensable a la hora de adelgazar. Si queremos perder peso tenemos que mover el cuerpo. Es mucho mejor que te hagas a la idea de llevar una vida activa en general que darte grandes palizas corriendo o en el gimnasio.
Según vayas adelgazando y tu cuerpo se vuelva más ligero, el practicar ejercicio se irá haciendo cada vez más fácil y agradable. Comienza a incorporar pequeños hábitos en tu día a día que te obliguen a hacer ejercicio. Podrías empezar con aparcar un poco más lejos del trabajo e ir andando un rato. O quizá, bajarte un par de paradas antes en el autobús.
Intenta comenzar dando un pequeño paseo dos o tres veces a la semana. Transforma tu paseo en un hábito higiénico como el ducharte. Ya verás que poco a poco te irá resultando imprescindible.
Así mismo, imagina que no han inventado aún los ascensores. Intenta subir andando siempre que puedas. Subir escaleras es uno de los mejores ejercicios que existen. Verás como poco a poco te vas acostumbrando.
Lo importante es que abandones tu perfil de persona sedentaria y que de manera gradual te conviertas en una personas activa. Según vayas perdiendo peso te irás sintiendo cada vez mejor. Esto quizá te anime a considerar la posibilidad de salir a correr, apuntarte a un gimnasio o a clases de baile. Todo esto te lo irá marcando tu cuerpo que cuando gane en salud necesitará moverse más.
Como habrás visto, tendrás que tener en cuenta unas cuantas cosas antes de proponerte adelgazar. Hazte a la idea de que adelgazar de manera duradera pasa por convertirte en otro tipo de persona. La persona pasiva que pasa horas en el sofá y que tiene una dieta insana tiene que desaparecer. En su lugar, aparecerá una persona activa, que se alimenta de manera nutritiva y natural y que bebe mucha agua. ¡Notarás la diferencia!
RECUERDA: la base para disfrutar de una buena salud está muchas veces en cambiar nuestros hábitos, tal y como propone el método Crear Salud. Necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral.
Además, para cuidar nuestra mente, existen herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí – que pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida saludable. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.