El punto de partida
Lo primero que hay que observar es desde dónde te quieres iniciar. No es lo mismo comenzar a correr cuando tienes 25 años que cuando tienes 65. Es muy importante también saber si, normalmente, eres una persona activa o quizá partes del más absoluto sedentarismo.
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Nuestro cuerpo tiene memoria. Por este motivo, aquellas personas que hicieran deporte en su adolescencia y lo hayan dejado, lo tendrán mucho más fácil, incluso aunque hayan cogido algunos kilos de más.
Además de esto, la genética es muy importante. Algunas personas, incluso sin haber practicado antes ningún deporte, podrán correr 20 minutos seguidos sin problema en su primera salida, pero no es lo normal. Lo primero, sobre todo si eres una personas de más de 50 años, es que le expliques a tu médico tu intención de comenzar a correr. De esta manera, haciéndote un pequeño chequeo, se descartará cualquier patología que te pudiera interferir.
Si tu caso es el de ser una persona con bastantes kilos de más, lo mejor sería comenzar con algo suave. Es mucho más aconsejable comenzar dando grandes caminatas que comenzar a correr si tienes exceso de peso. Las articulaciones sufren mucho durante la carrera si nuestro peso es mayor de lo que debería. Por ese motivo, proponte caminar todos los días, hasta que tu peso se regularice. Una vez que lo hayas conseguido, podrás ponerte a correr siguiente las reglas que vamos a exponer más adelante.
Paciencia y constancia
Lo primero que debes entender es que tienes que ser muy paciente y muy constante.
Paciente porque, en un principio, puede resultar duro si no estás acostumbrado. Pero con un poco de constancia, conseguirás resultados que poco a poco te irán enganchando a la carrera.
Cuando comiences, proponte no abandonar aunque tengas agujetas. Las agujetas solo aparecerán durante la primera semana, luego se quedarán en el recuerdo.
Así mismo, hay que tener cuidado con no excederte. Hay que llevar un ritmo progresivo y no querer ir más allá de lo que podamos permitirnos. Si no le damos al cuerpo el periodo de adaptación necesario, nos lesionaremos o abandonaremos enseguida. Por lo tanto, paciencia y constancia.
Veamos ahora cuales son las reglas básicas que debes observar para comenzar a correr:
1. Las zapatillas
Las zapatillas son muy importantes. No hace falta que te compres las más caras del mercado. Sin embargo, es necesario que te compres unas que sean específicas de running. Al correr, todo el peso que soporta el pie se multiplica hasta por seis. Por ese motivo, necesitaremos unas zapatillas que amortigüen todo lo posible el peso. Piensa que tus zapatillas son como los neumáticos de tu coche.
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Si no te quieres gastar demasiado puedes optar por algunas zapatillas de la temporada anterior. Aunque no sean de última moda, serán igual de eficaces.
2. Correr y andar
Cómo ya hemos dicho, no puedes comenzar corriendo 30 minutos el primer día, a no ser que seas una persona muy diferente a los demás. Lo ideal, como en todo, es comenzar poco a poco.
Al principio, no tientes que ir corriendo durante todo el tiempo que tengas pensado correr. Si usas el sentido común, irás atendiendo a las señales que tu cuerpo te envíe.
Puedes comenzar alternando un minuto de carrera y un minuto andando. Puedes hacerlo así todo el tiempo durante el primer día. El segundo día que salgas aumentarás un minuto, el segundo otro más y así sucesivamente. Después de una semana podrás alternar cuatro minutos de carrera suave con uno de caminata. De esta manera, tu cuerpo se irá acostumbrando y, poco a poco, conseguirás sentirte cada vez mejor al correr. Llegando así a correr 30 o 40 minutos sin parar.
Y, muy importante, es mejor que andes cuando veas que no puedes seguir corriendo a que abandones. No todo el mundo tiene los mismos ritmos. Tu cuerpo será el que te irá pidiendo más, procura escucharle.
3. Calentamientos y estiramientos
Según los expertos, es mejor correr menos y estirar, que correr durante más tiempo pero no estirar.
Antes de comenzar es muy importante que hagas ciertas movilizaciones circulares en las articulaciones que pondrán tu cuerpo a tono para comenzar a realizar el esfuerzo. También es recomendable, como alternativa a las movilizaciones circulares, 5 minutos de carrera muy suave y unos ligeros estiramientos.
Al terminar de correr, es muy importante estirar para que los músculos vuelvan a su posición habitual. Durante la carrera los músculos se habrán contraído, por lo que los estiramientos deben de ser suaves.
Procura no olvidarte de esta parte de tu entrenamiento pues es muy importante.
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4. Tres veces a la semana
No creas que cuanto más días salgas a correr es mejor. El hecho de descansar también es muy importante. Nuestro cuerpo debe ser capaz de asimilar la carga que le ocasionan las carreras. De esta manera, afrontaremos cada carrera en condiciones.
Al principio, lo mejor es un día correr y al siguiente descansar. Con el tiempo, quizá te apetezca correr más pero para empezar no hace falta más. Aún así, si consideras que tres es mucho al principio, no pasa nada. Se puede empezar saliendo dos días a la semana hasta que veas que puedes salir tres.
5. No quieras resultados demasiados rápidos
Cada persona es diferente. Por ese motivo, respeta tu ritmo. No quieras ir más deprisa de lo que realmente tu cuerpo permita.
Las primeras semanas serán las más duras, pero una vez que las hayas superado todo será mucho más fácil. Y ten en cuenta que el tiempo que tarda cada persona en poder correr media hora seguida tiene que ver con sus capacidades, con su edad, y sus estado de forma previo. Sé paciente y no tengas prisa.
Lo más importante es disfrutar de tu práctica y de la maravillosa sensación que sientes después de cada salida.
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