En la actualidad, cada vez son más las personas que muestran interés por la meditación. Vivimos en un mundo lleno de prisas que no nos permite parar un minuto. Cada vez son más los casos de personas que sufren procesos de ansiedad o depresión, producto del estrés al que se ven sometidas.
Nuestra naturaleza puede, de forma puntual, salirse de su ritmo natural y no pasa nada. Sin embargo, el hecho de estar fuera de nuestro propio ritmo durante mucho tiempo, nos desequilibra enormemente.
¿Por qué es beneficioso meditar?
La meditación está llegando a nuestra cultura cada vez con más fuerza. Numerosos estudios han comprobado de manera científica los múltiples beneficios que aporta esta práctica. Por eso tantas personas se acercan a aprender esta técnica tan efectiva y exenta de efectos secundarios.
Se ha observado que las personas que empiezan a meditar son capaces de regular sus emociones y estrés. También aumenta el grado de bienestar que experimentan y la serenidad para afrontar la vida. Así mismo, los meditadores ven como su parte intuitiva se agudiza en gran medida.
Físicamente, se puede observar que la meditación es una gran ayuda para equilibrar la tensión arterial, el insomnio y los problemas respiratorios. También se ha visto que al meditar se reduce el volumen de la amígdala, que es la parte del cerebro involucrada en el proceso del miedo. De la misma manera, se ha visto que las zonas del cerebro asociadas a los sentimientos de amor, compasión y empatía se activan al meditar.
Condiciones antes de comenzar a meditar
– Encuentra tu sitio y tu momento. Lo primero y más importante es que decidas en qué momento del día vas a meditar. Lo ideal es comenzar el día con una meditación. Cuánto más cerca del amanecer, mejor. No obstante, si te viene mejor, también se puede meditar a media tarde o antes de ir a dormir. En cualquier caso, procura que siempre sea a la misma hora.
Además de encontrar tu momento, deberás hallar un sitio tranquilo, con poca luz, donde sepas que no te van a molestar.
– Asegúrate de estar cómodo físicamente: antes de meditar tendrás que haber vaciado tus intestinos y tu vejiga. Así mismo, tu estómago no debe estar ni demasiado lleno ni demasiado vacío. Elige ropa cómoda y ancha que no te abrigue en exceso pero que tampoco te haga pasar calor.
– Decide cuál será la postura que adoptarás: se puede meditar sentado en un silla o sillón cómodo. Algunas personas prefieren hacerlo sentados en un alfombra con las piernas cruzadas. En cualquier caso, lo más importante es que la espalda esté recta y que tú estés cómodo.
Pasos a seguir para meditar
Antes de comenzar, programa una alarma que te avise cuando hayan pasado 15 o 20 minutos, dependiendo de cuanto tiempo dispongas. Con el tiempo no necesitarás alarma pero, de momento, es la mejor manera de que tu atención esté más concentrada en la meditación.
Una vez observadas las condiciones que hemos detallado más arriba, te sentarás en tu sitio elegido y en la postura que hayas decidido.
-Presta atención a la respiración: para conseguir calmar la mente y relajar el cuerpo, es necesario comenzar a observar la respiración. Observa cómo el aire entra en tu cuerpo. Sé consciente de cómo permanece en ti. Date cuenta de cómo exhalas muy despacio. Procura respirar lenta y profundamente.
Cuenta hasta ocho al inspirar. Mantén ocho segundos el aire dentro de ti y después exhala despacio contando hasta ocho. Repite esta secuencia varías veces hasta que notes que comienzas a experimentar una gran relajación.
-Observa los pensamientos que llegan a tu mente: imagina que estás jugando con tu mente. Disponte a esperar el primer pensamiento que esta te lance. Espéralo con tranquilidad, sin prisa. Observarás que se produce un espacio, incluso puede que pienses que no va a llegar ninguno. Llegará, te lo aseguro, a la mente le gusta mucho este juego.
Cuando llegue el primer pensamiento, obsérvalo. Déjalo pasar, no te involucres ni le des protagonismo, solo obsérvalo. Vuelve a mantenerte a la espera. Observa el siguiente. Intenta no juzgar ningún pensamiento ni engancharte a ellos.
Según vaya avanzando la práctica podrás comprobar que los pensamientos cada vez se distancian más. Es normal y muy positivo. En los espacios entre tus pensamientos es donde se encuentra el observador. Ese observador es lo que tú eres en realidad. Además, estos espacios llegan a ti cargados de paz y tranquilidad.
Con el tiempo te resultará cada vez más fácil encontrar grandes espacios sin pensamientos. De momento, con pequeños lapsos puedes darte por satisfecho. No hace falta más. Permanece en este juego de observación hasta que suene tu alarma.
-Vuelve a tu realidad de forma suave: una vez pasado el tiempo marcado, abre tus ojos despacio. Sin moverte, mira tranquilamente a tu alrededor. Observa lo que te rodea desde esa nueva conciencia que has alcanzado. Después, comienza a mover tu cabeza ligeramente, tus manos, tus brazos. Finalmente, mueve tus piernas y levántate.
La vuelta a la conciencia ordinaria
Al terminar tu meditación podrás comprobar fácilmente como tu estado de consciencia ha experimentado un gran cambio. Tus músculos se habrán relajado. Tu respiración será más rítmica. Y tu visión del mundo, mucho más clara y pacífica. Algunas personas notan, incluso, un cambio en el brillo de los colores.
Todo esto que quizá experimentes de forma sutil, te acompañará más allá del rato de la meditación. Es como si tu realidad se hubiera dado un baño luminoso a la vez que tu meditabas. De esa forma, cualquier situación que se presente en tu vida después de meditar, será observada por ti de forma mucho más equilibrada y armoniosa.
La vida seguirá siendo la misma pero tú estarás en un estado distinto que conseguirá, a su vez, crear una realidad nueva, carente de conflictos, preocupaciones o ansiedades. De la misma manera, tus relaciones con otras personas se verán influenciadas por este nuevo estado que habrás alcanzado,
En conclusión, la meditación podrá permitirte ‘parar’, y experimentar de primera mano los beneficios de llevar una vida consciente y saludable. De esto mismo trata el método Crear Salud, que te ayudará a establecer nuevos hábitos en tu día a día, no solo para que empieces a meditar, sino para aprender a nutrirte adecuadamente y llevar una vida activa.
Anímate y prueba la App Siente – que puedes descargar aquí – y se convertirá en tu mejor compañera para guiarte en el camino de la meditación. Se trata de una metodología muy sencilla, que te abrirá las puertas del mindfulness y la psicología positiva, para, en definitiva, ser más feliz.