Lo correcto es eliminar las grasas trans o las grasas malas que son muy dañinas para la salud, pero las grasas buenas son vitales para el buen funcionamiento del cuerpo humano. Solo debes comerlas con un poco de moderación, algunas de las mejores opciones son: las almendras, el aguacate, los huevos, el salmón, los frutos secos, las aceitunas, las semillas, el aceite de coco, la mantequilla de maní/almendras, etc.
Cuáles son los beneficios
Uno de los mayores beneficios es mejorar la composición corporal y controlar los niveles de insulina, algo básico en el proceso de acumulación de grasas. Las grasas con omega 3 hacen que el cuerpo queme mucha más grasa, además, mejora el funcionamiento de la tiroides y regula el metabolismo.
La buena ingesta de grasas aumenta la masa muscular y mientras más músculo más calorías se queman incluso en estado de reposo. Pueden controlar el apetito para evitar que sientas ansiedad entre comidas. Lo ideal es consumir un poco más de grasas y controlar la ingesta de carbohidratos.
Las grasas buenas regulan muchos niveles hormonales, como todo lo que tiene que ver con el sistema reproductivo y también el funcionamiento cerebral, en conjunto al estado de ánimo, sobre todo cuando se tiene un buen consumo de omega 3.
También pueden disminuir la inflamación y los riesgos de padecer algunos tipos de cáncer. Pueden disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos, además mejoran la vista, la apariencia de la piel y refuerzan el sistema inmunológico.