Como prepararse para retomar la rutina

El final de las vacaciones

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Septiembre es para muchos el peor mes del año pues se acaban las vacaciones y se acerca la hora de retomar la rutina. En general, representa la vuelta a la rutina y, para colmo, empieza a notarse el cambio de estación con lo que todo ello conlleva para algunos. Sin embargo, el final del verano no tiene por qué ser tan malo si se sabe cómo afrontarlo.

Depresión postvacacional

Quien la sufre experimenta estrés, ansiedad y un malestar psíquico general que provoca un bajo rendimiento en el trabajo y por tanto una bajada en su productividad. Suele durar aproximadamente una semana de media y es particularmente frecuente entre aquellos que están descontentos con su empleo o cuyas vacaciones no han alcanzado sus expectativas sintiendo así que no han sido aprovechadas, algo que se suele dar con bastante facilidad en épocas de crisis económicas como esta en la que nos encontramos.
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Para evitar este tipo de situaciones los expertos recomiendan retomar la rutina poco a poco, sin pretender ponerse al día con el trabajo acumulado rápidamente. Hay que concederse un tiempo de adaptación, eso sí, sin descuidar nuestras tareas diarias.

Además, si la situación lo permite, pueden planearse pequeñas escapadas de fines de semana con los amigos o la familia para que el cambio no sea tan brusco. O si se prefiere, puede buscarse alguna actividad económica adaptada a los gustos de cada uno como, por ejemplo, aprender a cocinar, a bailar, a pintar o algún idioma moderno. No hay que olvidar que durante todo el año se pueden vivir experiencias únicas, enriquecedoras, que hacen el día a día especial contribuyendo así a conseguir la felicidad.

 

Recuperar hábitos saludables

Los hábitos saludables son otro de los factores que nos cuesta al momento de retomar la rutina. Durante las vacaciones las personas tienden a descuidar sus hábitos sin tener en cuenta cómo puede afectar a la salud y lo mucho que cuestan luego recuperarlos. Se tratan principalmente del sueño y la alimentación.
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Para recuperar el horario de sueño, al igual que se recomienda con los pequeños antes de volver al colegio, es importante empezar días antes de que se terminen las vacaciones a acostarse y levantarse a la hora habitual, de este modo cuando llegué el día de reincorporarse al trabajo el cuerpo ya se habrá habituado y evitaremos que, además del decaimiento anímico, aparezca el cansancio físico en la medida de lo posible que, sin ninguna duda, repercutiría negativamente en nuestro humor dificultando aún más la vuelta a la rutina y nuestra relación con los demás.

En cuanto a la dieta, lo más importante es no alarmarse al comprobar que, tras pesarse en la báscula, se han ganado unos kilos, es lo normal después de visitar con regularidad los chiringuitos con la pareja, celebrar barbacoas con los amigos o tomar helado con los pequeños de la casa. 
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No es necesario someterse a regímenes excesivamente restrictivos ni dejar de comer de golpe, simplemente hay que realizar cinco comidas al día siguiendo una dieta sana y equilibrada y practicar un poco de deporte. Tanto el cuerpo como la mente lo notarán, gracias a las endorfinas liberadas durante el ejercicio el estado de ánimo mejorará.

 

El lado positivo
Existen personas con una mayor tendencia a la depresión y a la negatividad de lo normal, son ellas quien más sufren con estos cambios. Sin embargo, no hay que olvidar que en todos los momentos de la vida se puede encontrar el lado positivo, sólo hay que saber buscarlo. Algunos aspectos buenos que pueden encontrarse en esta situación son:

  Rencuentro con los compañeros de trabajo: enterarse de los últimos cotilleos acontecidos en el lugar de trabajo o charlar sobre cómo han sido las vacaciones de cada uno son dos formas muy sencillas de evadirse de la rutina y verla más atractiva.
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  Cambio de temperaturas: no hay duda de que el verano es probablemente la estación favorita de la mayoría de la población, sin embargo, como siempre ocurre cuando se aproximan los cambios estacionales más bruscos, es decir, de verano a otoño y de invierno a primavera, se anhela un cambio en la temperatura. ¡Se acaba el calor asfixiante! Hay que volver a sacar la chaqueta del armario y guardar el ventilador.

  Vuelta al colegio: los niños, al igual que los adultos, también regresan a su rutina. Ya no hay que estar pendiente de ellos a todas horas ni pensar en actividades para entretenerlos. Muchas personas lo ven como una pequeña reconquista de libertad.

  Todos vuelven: es cierto que volver a la rutina es duro y difícil, pero lo es para todos, aunque en diferente medida. Durante los tres meses principales de verano los compañeros de trabajo, así como los familiares y amigos, van y vienen de la playa, los pueblos… despertando envidias (sobre todo de aquellos que no han podido viajar durante sus vacaciones). Eso también se acabó, todo vuelve a la normalidad.

Existen muchas más razones. De hecho, cada uno tiene las suyas. Simplemente hay que ser previsor y pensar en ellas (e incluso apuntarlas si fuera necesario) antes de que aparezcan los temidos síntomas del síndrome postvacacional.
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Información: facilisimo.com

Imágenes (por orden de aparición): Victor1558/Flickr, Freddy The Boy/Flickr, Phil and Pam/Flickr, nebulux76/Flickr, Victor1558/Flickr y DrewbieDoo/Flickr.
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