– Tomar conciencia de nuestra postura: para ello, trataremos de corregirla cuando veamos que nos encontremos encorvados o no estemos correctamente sentados. Es conveniente también levantarse para caminar y hacer estiramientos suaves cada hora, aproximadamente.
– Practicar ejercicio: son muy recomendables el baile, el pilates y el yoga. También la natación (especialmente la braza) ayudará a tener una espalda más fuerte y sana, pero debemos practicarla siempre bajo la supervisión de un monitor que nos vaya corrigiendo (si se hace mal puede ser muy contraproducente). Otras disciplinas que van ganando adeptos y con las que se obtienen grandes resultados porque trabajan con la postura individual son el RPG, el método de Alexander y el Feldenkrais.
Los captores posturales
– Los pies: es fundamental tener unos pies sanos. Por ello, es recomendable acudir de forma periódica al podólogo para que los sanee y nos diga si necesitamos utilizar plantillas. Caminar descalzos por casa, cambiar de calzado, andar por la playa o hacer ejercicios para trabajar el equilibrio vendrán muy bien para mantener los pies sanos.
– La vista: la forma en la que vemos influye mucho en la postura. Debemos tener buena calidad de visión, por lo que sería conveniente trabajar con luz natural o utilizar gafas si las necesitamos, por ejemplo. También es conveniente acudir a un optomestrista para que nos ayude a fortalecer la musculatura del ojo a través de ejercicios con prismas.
– La mandíbula: el tipo de oclusión, la mordida cruzada, el bruxismo nocturno o los problemas dentales pueden causar dolores de cuello y de cabeza. Un dentista será el mejor aliado para ayudarnos a mantener la salud dental y maxilofacial.
La postura en el trabajo
Debemos ser naturales, adoptar posturas cómodas, respirar bien, estirar cada cierto tiempo y evitar las comidas copiosas. Sobre todo, tenemos que ser conscientes de cómo estamos colocados y seguir las indicaciones de la siguiente imagen de Uhma Salud.
Para terminar, Eduardo ha propuesto diversos ejercicios lumbares, cervicales y dorsales del método McKenzie.