Nada, ya está ahí, y cada año llega antes. Que últimamente octubre ya huele a polvorones, señoras mías, ¡esto es una locura!
Habrás empezado ya con el entrenamiento, ¿no? Sí, sí, esto es como para entrenarse duro, la situación lo requiere. A ver si no cómo vas a guantar de pie colas interminables, caminatas épicas, búsquedas de película por media ciudad y malabarismos varios para sentarte a la mesa el 24 de diciembre con todos los deberes hechos.
El caso es que así son las cosas y así se las hemos contado que decía aquel en televisión. Y como morir o adaptarse parecen ser las únicas opciones, propongo adaptarse pero al revés.
Como no me dala gana dejarme engullir por el espíritu navideño que nos imponen unos grandes almacenes y el resto de escaparates que me encuentro por la calle, ni los anuncios de la tele, ni las funciones navideñas de los niños, y como paso de gastar lo que no tengo y de sonreir a quien no trago, estas Navidades serán tipo Frank Sinatra. Como lo oyes… a mi manera.
Y es que las cosas no tienen por qué ser como nos las venden. A ver, seamos sensatas, qué sentido tiene
Hincharse a cocinar mientras el resto de la familia está de fiesta
Comprar regalos a tutiplen que no te salgan del corazón
Pensar en todos menos en ti
Tragarte a la familia política pero no tener tiempo para ver a tus amigos
Enfundarte un vestido de fiesta cuando estás más cómoda con tus vaqueros
Señoras, vamos a pasarlo bien todos. El que quiera fiestas que arrime el hombro, ya está bien de pasarse una semana de compras y luego un millón de horas en la cocina para que los demás disfruten y tu curres. Venga, seamos sensatas. ¿Tienes la sensación de que la responsabilidad de hacer estas fechas inolvidables recae sobre ti? ¿Tiene eso algún sentido?
La Navidad es lo que tú quieres que sea, no pierdas esa idea de vista. Si te apetecen luces, polvorones y villancicos, perfecto; si te apetece reuniones íntimas de amigos y veladas tranquilas en casa, perfecto; si quieres fiestas infantiles y muchos regalos, perfecto también. Lo importante es que tú decidas qué quieres y vivas estos días como quieres vivirlos realmente.
Y luego, penas tenemos todos y un año entero para vivir con ellas, ¿por qué te tienes que acordar más de los que faltan justo en estas fechas? La culpa la tiene EL Almendro, estoy convencida. Mi receta, ratos para reir y ratos para recordar, a partes iguales, como la vida misma, luces y sombras. No hay más.
Los regalos, el consumismo y el gastar como si no hubiera un mañana… yo me borro de la lista de Papá Noel, no quiero más que ratos de familia y amigos. Ya me iré de compras cuando yo decida, pueda, quiera… o pongan las rebajas (a ver si coinciden).
¿Y qué me dices de la realidad que nos rodea? Ayer me llegó mi hija con unas papeletas para un sorteo de un crucero por el Mediterráneo. Barco + Mediterráneo no me evoca más que personas huyendo de sus casas y niños ahogados en la playa. Sí señoras, esto también pasará en Navidad, así que no perdamos el norte, vivamos cada uno estas fechas como mejor nos parezca pero sobre todo como hayamos decidido vivirlas, en este mundo imperfecto.
Y tú ¿cómo vas a vivir esta Navidad? Déjanos debajo un comentario.
Gracias por leernos.
El post Sí, Navidad, pero a mi manera. es original de Comienzo hoy, escuela de vida.