Hace unos tres años que mi mujer Jessica llegó un día a casa con unos “pasteles de quinoa.” La verdad es que este pseudocereal siempre me había parecido un poco insípido, pero aquellos pasteles estaban riquísimos. Desde entonces hemos hecho (bueno, Jessica sobre todo) esta receta docenas de veces y siempre es un éxito total: están deliciosos y además son muy nutritivos.
La quinoa no se ha hecho muy popular en los últimos años por nada. Aquí tienes una lista de 8 cosas que quizás no sepas sobre la quinoa:
¡Comenzó a cultivarse hace unos 7000 años!
Los incas lo conocían como el “cereal madre.”
Es alta en proteínas. De hecho es un alimento de “proteína completa” (contiene los 9 aminoácidos esenciales).
Además de un buen perfil proteínico contiene manganeso, magnesio, hierro, cobre y fósforo.
Se conserva bastante bien.
No tiene gluten.
Necesitas lavarla antes de cocinarla para quitar las saponinas que hay en la superficio de la semilla (la quinoa parece un grano pero es una semilla).
La hay de distintos colores, aunque el amarillo es el más común.
Para personas con problemas digestivos es mejor evitar ciertos granos y “pseudogranos” como la quinoa (para más informacion leer Romper el círculo vicioso), pero para la mayoría de nosotros la quinoa es prácticamente un superalimento.
Y sin más dilación, ¡vamos a por la receta!
Tiempo de preparación: 44-55 min
Ingredientes para los pasteles de quinoa (4 personas)
2 tazas grandes de quinoa blanca ya cocinada (para cocerla usa el doble de agua o caldo que de quinoa durante 15-20 minutos, ten en cuenta que la quinoa se triplica en volumen al ser cocida)
½ cebolla cortada en trocitos
3 dietes de ajo troceados finamente
1 pimiento rojo troceado
1 zanahoria grande rallada
½ taza de espinacas troceadas (frescas o congeladas)
2 cucharadas de aceite de coco o, en su defecto, de oliva
2 huevos
sal y pimienta al gusto
Instrucciones:
En un triturador (y si no a mano) se trocea finamente la cebolla, el ajo y el pimiento rojo.
Calienta el aceite de coco (o de oliva) en una sartén grande a fuego medio.
Sofríe la cebolla, el ajo y el pimiento troceado previamente en la sartén durante 7 minutos.
Ralla la zanahoria con un rallador o triturador y añades a la sartén.
Añade también la espinaca y mezcla los ingredientes.
Cocina durante 5 minutos removiendo de vez en cuando.
Añade la quinoa (después de haberla lavado y cocido adecuadamente) junto con la sal y la pimienta. Mezcla bien los alimentos y retira a sartén del fuego.
Deja que se enfríe todo durante 10 minutos.
Bate 2 huevos en un tazón y añádelos a la mezcla de quinoa y los demás ingredientes en la sartén.
Mezcla todo bien con una cuchara de madera hasta que todo está cubierto de huevo.
Caliente el horno a 175 grados centígrados (o 350 grados Fahrenheit).
En otra sartén, caliente un poquito de aceite de coco (o de oliva) a fuego medio.
Usando las manos forma una bola del tamaño de una pelota de golf de la mezcla de quinoa y huevo y la pones en la sartén. Con la cuchara de madera presionas la bola para que quede plana.
Cocina durante 3 minutos hasta que la quinoa se pone dorada, dale la vuelta y repite la operación. Puedes tener varios pasteles de quinoa haciéndose al mismo tiempo. Simplemente cuidado que no se te quemen. Este paso es muy importante porque es lo que hace que los pasteles no se rompan. ¡No te lo saltes!
Repite la operación hasta que has usado toda la quinoa.
Cuando tengas todos los pasteles de quinoa listos los pones en una bandeja de horno (engrasado con aceite). Pon los pasteles separados para que no se peguen.
Hornea durante 10-15 minutos.
Ya están listos para servir con una salsa de tomate o mayonesa suave.
Sigue los pasos de esta receta tal y como los he explicado arriba y te saldrán unos pasteles de quinoa muy ricos para sorprender a propios y extraños.
Es una receta original y nutritiva. ¿Qué más se puede pedir?
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