Retirando esos elementos de la dieta y sustituyéndolos por otros estaríamos previniendo una de las lacras de nuestro tiempo. Ese mundo no es ciencia ficción, es realidad y está a la vuelta de la esquina. Se trata del futuro de la nutrición: la nutrigenética.
Ha sido en el III Congreso de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas, celebrado en octubre en Madrid, donde se han dado las primeras pinceladas de dos nuevas líneas de investigación que relacionan la genética y la nutrición. Tal y como se enunció en la ponencia de Manuel Serrano Ríos, jefe de Medicina Interna del Hospital Clínico de Madrid y especialista en la materia, existen dos caminos:
* La nutrigenética examina los efectos de variaciones genéticas sobre las interacciones entre la enfermedad y la dieta. Con esta especialidad se pretende generar recomendaciones respecto al riesgo y beneficio de dietas específicas o componentes de la dieta sobre el individuo, por lo que también ha recibido el nombre de nutrición personalizada o nutrición individualizada.
* La nutrigenómica tiene su fundamento en una serie de principios que aseguran que ciertos componentes de la dieta afectan al genoma humano y son capaces de alterar la expresión o estructura de los genes. Además, algunos genes regulados por la dieta pueden tener un papel importante en el inicio y progresión de las enfermedades crónicas. El grado en el que la dieta puede influir en el binomio salud-enfermedad podría depender de la constitución genética de cada individuo.
Para Giuseppe Russolillo Femenías, presidente de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas, "nos encontramos ante el futuro de las ciencias de la nutrición porque la nutrigenética está basada en la medicina personalizada".
Genética y alimentación
La nutrición encuentra en estas nuevas áreas de investigación enormes esperanzas para la cura de enfermedades crónicas y de origen genético, así como para solucionar los cada vez más extendidos problemas de obesidad. De hecho, comparten los mismos fundamentos: es esencial un estudio individualizado del sujeto para garantizar una mejora de la salud a través de la alimentación."Hoy ya se están tratando muchas enfermedades en función del genoma humano", nos explica Giuseppe Russolillo. "La nutrigenómica parte de la interacción entre el genoma humano y ciertos componentes de la dieta. Por un lado, existen personas que pueden nacer predispuestas a padecer enfermedades que la medicina sería capaz de prevenir mediante la alimentación. Por otro, se publican estudios que investigan la interacción de las expresiones genéticas con ciertos nutrientes. Si se probase la interacción y se identificasen esos nutrientes, sería posible confeccionar dietas a la carta".
Los dietistas-nutricionistas están en la vanguardia de estas investigaciones. De hecho, Russolillo afirma que el 90% de las publicaciones sobre nutrigenómica aparece en revistas de este colectivo. "Nosotros ya estamos advirtiendo de que estas ciencias, aunque no están a la vuelta de la esquina, no son ni mucho menos lejanas", añade, "y en ellas el dietista va a tener un papel esencial, fundamentalmente para personalizar la dieta".
Una ciencia aún 'en pañales'
A pesar de que muchas publicaciones no científicas ya han escrito sobre las dietas basadas en la nutrigenética y que son varios los centros de adelgazamiento que se están subiendo al carro de las bondades casi milagrosas de esta línea de investigación, hoy por hoy no son más que cantos de sirena. "Por ejemplo, aún es pronto para hablar de dietas a la carta mediante la nutrigenómica", asegura el presidente de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas. "No hay evidencia epidemiológica suficiente. Aunque existe una base científica para afirmar que un componente de la dieta puede contribuir al desarrollo de una enfermedad al interactuar con la expresión genómica de un ser humano, no hay todavía estudios que muestren esa evidencia".Lo que sí que está comprobado científicamente es que ciertas orientaciones dietéticas nos sirven para prevenir enfermedades muy comunes en la actualidad. Por ejemplo, una alimentación rica en antioxidantes es fundamental para reducir la incidencia del cáncer, así como un régimen bajo en grasas puede contribuir a evitar riesgos cardiovasculares. Aquí encontramos el principio de lo que es un futuro prometedor en este campo.
Recientemente se ha creado la Organización Europea de Nutrigenómica (European Nutrigenomics Organization, NUGO) con el objetivo de traducir los datos de la nutrigenómica a la práctica, reportando los efectos adversos o beneficiosos para la salud de determinados componentes de la alimentación. El proyecto NUGO ha sido diseñado para abordar la complejidad de unir empresas y expertos con una amplia variedad de fondos, incluyendo la nutrición, genética, sistemas de información y tecnología. Todo un camino por recorrer que, sin duda, ofrece un horizonte esperanzador.