Echar un vistazo a según qué currículums da miedo. Uno de ellos es el del doctor David de Lorenzo que, al margen de ser el mejor de su promoción, lleva una brillante carrera con más de 20 años de experiencia en el mundo de la genómica en España y en los mejores centros de genética humana del mundo. La genética nutricional como ciencia es muy nueva, pero Europa y España están a la cabeza –por delante de Estados Unidos– en investigación y aplicación. Y tú… ¿te has planteado conocer tu genoma? ¿Sabes qué debes comer en función tus genes? De Lorenzo, que actualmente es Director del Centro de Estudios en Genómica y Nutrición y profesor de la Universitat Pompeu Fabra, nos explica qué información aporta nuestro ADN y cómo usarla.
¿Desde cuándo existe la nutrigenómica y la nutrigenética y qué son? ¿Se pueden usar cómo sinónimos?
Realmente son diferentes, aunque forman parte de lo que se denomina la genómica nutricional. Lo que hace es estudiar la interacción entre genes y nutrición. Es decir, dice de qué manera las diferentes variantes genéticas y los diferentes nutrientes interaccionan entre sí para producir enfermedad o para mantener la salud. Se puede estudiar desde la diversidad de los nutrientes para ver cómo afecta al funcionamiento de nuestro genoma: nutrigenómica. O desde la diversidad de genéticas y cómo las diferentes variantes genéticas presentes en nuestro organismo hacen que usemos los nutrientes de una manera u otra: nutrigenética. La interacción entre genes y nutrientes se ha estudiado desde que se conoce la diversidad genética, pero sistemáticamente se han empezado a dar desde la secuenciación del genoma humano con el borrador del año 2001.
¿Dónde está España en este campo respecto al resto del mundo? ¿Está muy extendido su uso en nuestro país respecto a otros?
Europa lidera la investigación en el campo de la nutrigenómica y su aplicación en la prevención de enfermedades y en la nutrición personalizada. Estados Unidos siempre ha sido puntero, pero ha apostado más por la farmacogenómica. España es uno de los países con una red de investigadores muy buena, su pionero también es español, el Dr. José María Ordovás.
Decir genoma es hablar de algo complicado, pero en el centro que usted dirige hay cursos divulgativos para comprenderlo mejor. ¿Me puede explicar de forma rápida qué me puede aportar mí?
La complicación del genoma es la cantidad de información: ¡son 3.000 millones de letras de las que sólo se conoce el significado de un pequeño porcentaje! Pero no hace falta conocer el 100% para saber cosas interesantes. En nutrición puede dar información sobre la intolerancia a la lactosa. Y esto es muy útil. Por ejemplo: en un niño esta intolerancia se empieza a desarrollar a los 4-5 años. Si no sabes que tiene esa predisposición y ves que empieza con dolores de barriga vas a hacer un periplo por diferentes gastroenterólogos hasta saber qué tiene. Si lo sabes, estás prevenido. También podemos tener información sobre las necesidades de vitaminas, micronutrientes o macronutrientes, porque no todos necesitamos la misma cantidad.
¿Qué papel juega la nutrigenómica en medio del océano de tipos de dietas que conocemos como la dieta mediterránea, la ortomolecular, la macrobiótica, la vegetariana…?
La gran diferencia es que todas estas dietas son generales. Una dieta X te dice: hay que comer esto. Algunas se basan en aumentar determinados ingredientes respecto a otros. La nutrigenómica es una dieta individualizadora que en base a estudios epidemiológicos de recomendaciones generales permite afinar con precisión lo que necesita el individuo.
¿Una persona puede ser más gorda que otra porque come en exceso o porque su genoma la condena?
Por las dos cosas. La obesidad es un problema multifactorial y todo contribuye. Puede haber una predisposición de nacimiento con una variante genética pero el riesgo sólo va a ser efectivo en un determinado ambiente. Por ejemplo: si su ingesta de grasa es muy elevada. Si, en cambio, lleva una dieta sana, no habrá riesgo.
Es decir, ¿el genoma te predispone a padecer obesidad pero no significa que la vayas a padecer?
Exacto. Nuestro genoma no cambia a lo largo de la vida, pero los riesgos de salud a los que nos predispone cambian según el ambiente.
En alimentación se ha visto que lo que antes era malo, ahora resulta que es bueno. Por ejemplo: el controvertido consumo de carnes rojas y cáncer de colon. ¿Qué puede explicar la nutrigenómica al respecto?
Una de las posibles explicaciones es que en los estudios sobre si un alimento es bueno o malo no se controla la diversidad genética de la población que se analiza. Si la correlación es positiva, están asociados. Pero si en estos individuos hay una variante genética que dice que con el consumo de carne roja aumenta el cáncer de colon, es lógico que haya la asociación. Si repito el estudio al cabo de unos años y no existe esa variante genética, entonces no saldrá la asociación. Lo interesante es que ahora se empieza a controlar el genoma de las personas que participan en estos estudios. Por eso las conclusiones serán cada vez más sólidas y consistentes.
¿Cómo nos ayuda la genómica a diseñar una dieta más perfecta?
Perfecta no, pero sí con más probabilidad de éxito. Ayuda a que una persona con un problema de salud o que quiera evitarlo puede ir a un profesional de la nutrición y le dé mejores opciones. La nutrigenómica proporciona la dieta que tendrá éxito con mayor probabilidad.
¿Nos ayuda también a combatir las enfermedades?
Sí. El cáncer y la diabetes, por ejemplo, son enfermedades con un importante componente nutricional, y hay personas con perfiles genéticos que tienen más predisposición. Aunque no quiere decir que lo vayas a evitar.
Es decir que si sé qué lleva mi ADN, ¿puedo prevenir enfermedades con la alimentación?
Puedes reducir la probabilidad de padecerlas. A cero, no. Prevenir no es evitar.
¿Qué análisis me tengo que hacer para saber qué alimentos debo comer para estar en un peso saludable?
Hoy en día es posible hacer un test que muestre la alimentación más favorable para mantener el peso óptimo. Se miran las variantes de riesgo y cómo se puede anular o reducir con cambios en el ambiente. Por ejemplo: reduciendo grasas saturadas, con más carbohidratos, etc.
¿Es caro hacerse el análisis? ¿En España lo podemos hacer?
En España hay una muy elevada oferta desde test básicos y mal hechos, hasta más complejos, y otros sencillos pero más adecuados que se basan en la evidencia científica. Por mi experiencia, un test genético fiable debería costar entre 300-400 euros. Menos de 200, no.
¿La nutrigenómica es la medicina del futuro?
En medicina preventiva la nutrición va a tener un papel muy importante. Tenemos riesgos de salud escritos en nuestro genoma y sólo serán realidad ante determinados ambientes nutricionales. Si sé qué factores debo evitar para reducir el riesgo a determinadas enfermedades, será la medicina preventiva en su máxima expresión.
Y usted, ¿come en función de sus genes?
Sí. ¡Tengo mi genoma completo secuenciado! Tengo datos que me han servido para adecuar mi nutrición. De hecho he observado mejora en diferentes parámetros descontrolados que con una serie de cambios han vuelto a la normalidad. La información genética ayuda a comer mejor. Cuando uno es consciente que su genoma contiene una serie de riesgos y problemas, se observan cambios positivos en las pautas nutricionales y recomendaciones: comer más verduras, menos carbohidratos simples, etc.
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