Es muy cómodo echar la culpa a los demás de lo que te pasa, de que te vaya mal en el trabajo, de tus discusiones con la pareja, de tu dolor de cabeza, del estrés que tienes… Lo que tienes que tener en cuenta es que todo esto te está afectando a ti, y eres tú quien genera ese malestar, no son los demás quienes te lo generan. Esto así dicho parece sencillo, sin embargo, es algo con lo que cargamos cada día, y en buena parte es una de las principales causas de nuestro sufrimiento y malestar.
¿Cómo alguien que dedica la mayor parte de su tiempo a quejarse de lo que le pasa puede prentender hacerse cargo de su vida? De alguna forma tenemos una tendencia a quitarnos responsabilidad y ponérsela a los demás. Esto es algo que nos acaba generando dependencia, ya que hacemos a otras personas responsables de nuestro bienestar y malestar, cuando lo cierto es que solo nosotros somos los responsables tanto de nuestras emociones como de lo que sentimos.
Las relaciones se ven contaminadas por estas conductas de dependencia. Requiere de mucha madurez y conciencia hacerse cargo de uno mismo, sin que nuestro bienestar dependa de otras personas o las circunstancias externas. Esto tiene también que ver con el victimismo, como una forma de justificar el malestar que se siente. Veremos a continuación por qué sucede esto y cómo es posible tomar las riendas de nuestra vida.
El autocontrol nos permite hacernos cargo de nuestras vidas
La regulación de las emociones, de nuestras percepciones, lo que experimentamos y lo que sentimos, depende directamente de nosotros mismos, tanto de la actitud que adoptemos, como del modo que tengamos de afrontar las situaciones. Esto influye en nuestro aprendizaje y en las consecuencias que vamos obteniendo conforme a nuestro comportamiento. Nadie es tan responsable de esto como nosotros mismos.
Foto: @elatelab/Unsplash
Facundo Cabral dijo al respecto: “Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella.”. Con técnicas como la meditación se aprende a tener un autocontrol, que nos sirve para no seguir con nuestra tendencia a responsabilizar a los demás de lo que ocurre en nuestras vidas, y para asumir el control de nuestros actos.
Nuestra mente, al ir habitualmente en un modo automático, repite una y otra vez al instante los viejos hábitos. Por eso al principio romper con esto cuesta tanto. En vez de dejarnos guiar por estos impulsos automáticos, para dejar de reproducir este bucle hay que recurrir al autocontrol. Tomar conciencia de cómo nos perjudica nuestro modo de ver las cosas y de pensar es el primer paso, y también el más importante. Lo siguientes pasos ya son cuestión de poner en práctica lo que hemos ido asimilando de nuestra experiencia. ¿Qué es lo que más nos beneficia? Pues evidentemente alejarnos de la culpabilización y de la queja.
Para dejar de culpar a los demás tienes que ser muy consciente de los aspectos que hemos comentado y, sobre todo, que los vayas comprendiendo y asimilando por ti mismo, y para esto también podemos ayudarnos de la meditación. Tu estado mental es la base de tu estabilidad emocional. A través de un estado de calma es posible que asumas que todo lo que tú puedes hacer por tu bienestar, nadie lo va a poder hacer por ti. Que te salgan las cosas mejor o peor no es que sea tu culpa, sino que es tu responsabilidad, por lo que no te queda otra que aceptar las consecuencias.
Responsabilízate de tu vida sin culpar
Aceptar e interiorizar lo que ocurre a nuestro alrededor, en muchas ocasiones, es difícil de soportar, y es por eso que recurrimos a la queja y a la crítica, como recurso para estar más fuera que dentro de nosotros. Los pensamientos son una excelente herramienta con la que contamos. Como cualquier cosa, dependiendo del uso que les demos, puede aportarnos muchos beneficios o perjudicarnos bastante. Es por esto que debemos cuidar de nuestros pensamientos.
Los pensamientos pueden ayudarte a que te responsabilices de tu vida. Para ello tienes que darles un buen uso. Te recomendamos que comiences con la meditación, ya que es una técnica que va directamente enfocada a que calmes tu mente, y obtengas un autocontrol para no acabar siendo esclavo de tus pensamientos. Gracias a la meditación se logra dominar la mente para que la utilices en tu beneficio.
lightstargod/Pixabay
Que decidas hacerte cargo de tu vida es algo que también depende de tu autoestima. Al cuidar de tus pensamientos seguramente también cuidarás de tu valoración personal, sobre todo al no estar constantemente comparándote con los demás. Te verás como un ser único y completo con tus valores, tus dificultades y tus bondades. Esto descubrirás que es así cuando tus pensamientos, tus decisiones y lo que haces estén en sintonía con tus valores.
Elegir cuáles son tus valores y alinearlos con tu comportamiento es algo que forma parte de tu responsabilidad, al igual que las consecuencias que obtengas. Cuando logres interpretar las cosas que te sucedan con esta madurez que hayas alcanzado, aumentarás tu tranquilidad y paz. ¿Y esto qué supone? Gozar de una mayor libertad interior.
Ya con esta capacidad puedes elegir sentirte víctima y dejarte arrastrar por la frustración que te generan las circunstancias externas. O bien, ser el protagonista de tu propia existencia asumiendo el control de tus pensamientos, tus interpretaciones y tu comportamiento, sabiendo que tanto lo bueno como lo desagradable que obtengas es una oportunidad para seguir creciendo y seguir desarrollándote.
Como dijo el psiquiatra Víctor Frankl en los campos de concentración nazi: “Aún en las circunstancias más adversas nadie puede privarnos de esa libertad interior.”
Así, la meditación podrá permitirte parar, y experimentar de primera mano los beneficios de aprender a gestionar tus emociones. Y de esto mismo trata el método Crear Salud, que te ayudará a establecer nuevos hábitos en tu día a día, no solo para que empieces a meditar, sino para aprender a nutrirte adecuadamente y llevar una vida activa.
Anímate y prueba la app Siente – que puedes descargar aquí – y se convertirá en tu mejor compañera para guiarte en el camino de la meditación. Se trata de una metodología muy sencilla, que trabaja con el mindfulness y la psicología positiva, para mejorar tu bienestar y en definitiva, ser más feliz.