Cuando intentas relacionarte con los demás a veces cometes errores. Ser consciente de ellos es fundamental para no repetirlos una y otra vez.
Las relaciones con otros, en las que hay tensión se manifiestan como lo que yo denomino un "partido de tenis", parece que a cada propuesta o demanda tuya la otra parte debe responder con otra más potente, o en algunos casos dañina.
No te engañes, esto es el ego, que establece diferencias y quiere levantar barreras frente a los otros egos. Al sentirse amenazado, su estrategia es responder con un ataque. Así se convierte en una continua lucha que en el mejor de los casos es un partido de tenis, cuando no un combate de boxeo.
Pero has de ser consciente de no entrar en ese peligroso juego. Si percibes que alguien te ataca, que se dirige a ti de forma algo intimidatoria lo peor es entrar en la misma dinámica de actuación.
¿Qué puede suceder? Que a esa primera andanada a la que respondes, esa persona eleve aún más el tono o intente disparar a zonas más sensibles, bajo la línea de flotación. En ese momento, si te ciegas por el ego y las ganas de devolver el daño buscarás cómo devolverlo aumentando su intensidad.
Al sentirte atacado en lo más íntimo con un golpe bajo lo que haces es tirar de toda la artillería para compensar el ataque?
Y así hasta uno de los dos caiga derrotado y/o la cosa llegue tan lejos que se rompa cualquier posibilidad de dialogo y haya un total desacuerdo.
Esto puede suceder en cualquier ámbito de las relaciones humanas, ya sea la pareja, la familia, los amigos, el entorno laboral o asociativo. Da igual, esta tiranía del ego aparece en cualquier lugar donde haya una persona relacionándose con otra.
¿Y de qué forma mindfulness nos enseña cómo tener mejores relaciones con los demás?
1.-Lo primero siendo consciente de tus respuestas. Aprendiendo a responder en lugar de reaccionar.
Por eso es tan necesaria la práctica de la atención consciente, para "darse cuenta", desarrollar el observador o "conciencia testigo" que ve la situación desde fuera y reconoce la tendencia del ego a comparar, separar y llevar siempre la razón.
Cuando ves las situaciones desde un estado más ecuánime, con distancia y desapego, desidentificándote de tus personajes o etiquetas no entras en una guerra sin sentido que siempre acaba mal.
Eres capaz de respirar ante esas situaciones y desde esa perspectiva de sentirte en tu centro, inmune ante los ataques, decides la mejor respuesta, que puede ser ninguna, o aquella que no vaya encaminada a devolver la emoción toxica que recibe.
2.-Siendo consciente de que una reacción impulsiva es una emoción que te perjudica y hace sentir mal y de que solo va a traer más daño y dolor te desapegas de esa vieja manera de actuar identificada con tu ego y tu visión imparcial de la vida.
3.-Cultivar una mirada compasiva hacia los demás es otra de las formas que mindfulness nos enseña a responder ante los ataques. Para ello es muy útil un tipo de meditación llamada de la bondad o compasión.
4.-Siendo conscientes del sufrimiento del otro, pensando que tal vez ese ataque que recibimos no tiene nada de personal contra nosotros aunque a priori nos los parezca, sino que más bien procede de unas heridas o daños que esa persona arrastra e intenta de alguna manera desprenderse de ellas.
Así seremos capaces de comprender ese sufrimiento y dándonos cuenta de que no hay nada personal contra nosotros nuestra respuesta será más equilibrada y conciliadora.
Pon en practica estos puntos y veras como cambian y mejoran tus relaciones con los demás, en especial con las personas con las que te sientes en conflicto.
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