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Pero aún hay más, pues puede que algunos, aun sintiéndose fuertemente atraídos por este tema, no se hayan atrevido a practicarlo por culpa de una serie de preceptos equivocados.
En realidad, uno no puede saber lo que es en realidad la meditación si no se informa con una fuente fiable. Es muy fácil dejarse llevar por los falsos mitos, y por eso queremos desmontarte en este post los más extendidos de entre todos ellos.
Los falsos mitos en torno a la meditación
Si quieres hacerte una idea más realista sobre lo que es meditación, presta mucha atención a los siguientes mitos que sobrevuelan alrededor de su práctica:
Meditar consiste en dejar la mente en blanco
Esta creencia es inexacta, pues siempre nos recorre una corriente de pensamiento, aun siendo mínima. Lo que se pretende decir con esta frase es que, para meditar, debes centrar la atención en un foco y concentrarte al máximo en él para evitar las distracciones. Debes estarte quieto durante horas
Se trata de una falsa idea que se deriva del desconocimiento de la esencia de lo que es meditar, pues, en realidad, existen maneras de meditar incluso estando en movimiento. Y es que para meditar, lo más importante es que seas capaz de poner atención plena sobre cualquier actividad que realices.
Debes sentarte en la posición de loto
Sentirse cómodo es fundamental para meditar, pues es así como puedes alcanzar experiencias más profundas. En realidad, puedes meditar con las piernas cruzadas o estiradas, sentado en el suelo o en una silla (aunque siempre es bueno que te acostumbres a meditar manteniendo la espalda recta y los hombros, la cabeza y el cuello relajados).
Para lograr resultados, debes meditar durante muchas horas
Mucha gente que se siente atraída por la meditación no se lanza a practicarla porque se piensa que le exigirá mucho tiempo (y de tiempo, precisamente, no vamos sobrados). En realidad, pequeñas prácticas de cinco, diez o quince minutos diarios pueden ser suficientes para que experimentes el bienestar y los demás beneficios que se derivan de la meditación. Más que el tiempo, lo que importa es ser regular y constante en su práctica.
Para lograr resultados, deberás meditar durante años
Como ya hemos adelantado, la constancia en la práctica resulta fundamental. Pero eso no significa que debas pasarte meses y meses meditando para experimentar algún cambio positivo. De hecho, según afirman diversos estudios, los efectos positivos de meditar solo tardan algunas semanas en aparecer.
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Se trata de una técnica de relajación
De nuevo, estamos ante una creencia inexacta. Si bien la relajación y la paz interior son dos de los beneficios más palpables que se alcanzan mediante la práctica de esta ancestral disciplina, no se trata de fines en sí mismos, sino de dos efectos asociados a su ejercicio.
Se trata de una práctica religiosa
El origen de la meditación se encuentra íntimamente ligado a ciertas religiones orientales. No obstante, si quieres practicarla, no necesitarás compartir dichas creencias. Y es que no existen barreras religiosas para meditar.
Meditar consiste en controlar los pensamientos
En realidad, la meditación lo que propone es observar los pensamientos para dejarlos marchar, o en su caso etiquetarlos. Los pensamientos van y vienen sin ningún control, y de lo que se trata es de ser testigo de ellos, sin más, para así trascenderlos.
Hay que meditar a ciertas horas del día
Es cierto que las tradiciones consideran que los mejores momentos para experimentar el silencio y la paz interior son el amanecer y el atardecer, pero eso no implica que no puedas meditar a cualquier otra hora del día.
El mindfulness: los beneficios para la salud del pensamiento positivo
Aprender a vivir aquí y ahora: ese es el principal objetivo del mindfulness, una disciplina o filosofía que incluye a la meditación como uno de sus pilares básicos. Mediante su práctica, puedes aprender a mejorar tu relación con tus emociones más íntimas y profundas, que en tantos momentos de nuestras vidas pueden jugarnos malas pasadas. En el fondo, se trata de aprender a identificar y gestionar tus emociones, a fin de que puedas reconciliarte definitivamente contigo mismo.
Los beneficios de practicar el mindfulness son muy numerosos, evidentes y aconsejables. Te lo contamos:
– Ayuda a controlar la ansiedad y el estrés. El ejercicio de esta disciplina te aporta un estado de serenidad y de calma para enfrentar eficazmente al ajetreo diario, uno de los responsables directos del estrés y sus problemas derivados (la ansiedad, la depresión, etc.).
– Protege a tu cerebro. Y es que la meditación funciona como un entrenamiento para los cromosomas relacionados con el envejecimiento y las patologías cuyo desarrollo se asocia a la vejez.
– Ayuda a superar los problemas de insomnio, al reducir el estrés y ayudarte a controlar la ansiedad.
– Mejora tu capacidad de concentración. Al entrenar la atención plena y la conciencia, puedes aprender a dirigir voluntariamente tus procesos mentales.
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– Desarrolla tu inteligencia emocional. La autoconciencia y el autoconocimiento te hacen evolucionar internamente. Esto significa poseer un mayor control emocional, pues trabajando la compasión a uno mismo se consigue que los acontecimientos y circunstancias no te afecten tanto.
– Mejora tus relaciones con los demás. Muy relacionado con el punto anterior, el autoconocimiento puede ayudarte también a comunicar tus emociones y a predecir y comprender mejor a los demás.
– Incrementa tu creatividad. Y es que una mente en calma es capaz de generar ideas nuevas al no estar tan ocupada con problemas más secundarios.
Como has podido comprobar, el pensamiento positivo que se deriva de las prácticas meditativas contribuye a mejorar sensiblemente tu salud desde la perspectiva del bienestar con uno mismo. Y es que la meditación es mucho más que los mitos que la rodean.
La meditación podrá permitirte parar, y experimentar de primera mano los beneficios de llevar una vida consciente y saludable. De esto mismo trata el método Crear Salud, que te ayudará a establecer nuevos hábitos en tu día a día, no solo para que empieces a meditar, sino para aprender a nutrirte adecuadamente y llevar una vida activa.
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